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Halcones y palomas, la grieta de siempre que terminó congelando a Juntos por el Cambio

Con su apoyo a la candidatura de Milei, Macri y Bullrich quedaron enfrentados con Rodríguez Larreta, Vidal, la UCR y Carrió.

Halcones y palomas, la grieta de siempre que terminó congelando a Juntos por el CambioMauricio Macri, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal, el domingo en el bunker de Juntos por el Cambio. Foto: Federico López Claro

Como esos matrimonios que saben que la relación no va más pero se niegan a dar el primer paso hacia el divorcio, el ala dura del PRO y la UCR llevaban varias semanas acusándose entre sí de que el otro tenía todo listo para la traición que rompiera definitivamente a Juntos por el Cambio. La derrota del domingo le dio una velocidad de vértigo a esa inquina que terminó por resolverse este mismo martes por la noche, cuando Mauricio Macri recibió en su casa de Acasusso a Patricia Bullrich y a Javier y Karina Milei.

En ese encuentro, Bullrich dejó en claro que ella estaba dispuesta a avanzar en el apoyo a Milei y pasar por alto el riesgo para la supervivencia de Juntos para el Cambio que implicaba esa decisión. Ya estaba listo el primer paso, y la UCR lo aprovechó para certificar lo que esperaba. "Macri y Bullrich están fuera de Juntos por el Cambio", dijo Gerardo Morales, presidente del partido, en una conferencia de prensa con Martín Lousteau, quien, según todo indica, podría sucederlo en el cargo si es que mantiene el apoyo del jujeño.

Bullrich fue quien aceleró un proceso que Macri intentaba retrasar hasta conseguir algún consenso dentro del PRO. En la reunión con los Milei del martes, se impuso el ritmo que quería la ex candidata. Sin embargo, allí también se determinó que el acuerdo tendrá el tamaño que imaginó el ex presidente. Macri quiere una alianza amplia, que implique apoyo electoral y más adelante, si Milei gana, el desembarco de dirigentes del PRO a la Casa Rosada para darle gobernabilidad a la gestión del libertario. El ex presidente no quiere correr el riesgo de que el Gobierno que llegó con su apoyo certificado termine diluyéndose en tres meses.

"Vino alguien a proponer un cambio parecido al que propusimos nosotros y si no nos toca liderar eso, podemos acompañarlo", suele decir Macri cuando quiere argumentar su vuelco post electoral. El ex presidente mantendrá por algunos días el silencio público sobre el acuerdo, pero luego saldrá a pedir de manera explícita el voto por Milei.

Hace largo tiempo que Macri escucha con atención al libertario. Lo conoció en su casa hace dos años cuando se lo presentó la propia Bullrich. A partir de ese momento, siguieron conversando por teléfono o vía zoom con bastante frecuencia. A Macri, incluso, le interesó desde el arranque el proyecto dolarizador de Milei. "La verdad, con el quilombo que hizo este Gobierno, cada vez le encuentro menos contras a dolarizar", dijo alguna vez el año pasado en su oficina. La segunda vez que lo vio personalmente fue en la cita del martes por la noche, otra vez en su casa y otra vez con Bullrich como testigo. Allí avanzaron con la novedad que le permitirá a Milei recuperar iniciativa y, al menos, tener que responder cada día si estaba planeando en bajarse de la competencia.

La jugada de Macri y Bullrich, como se esperaba, tuvo una consecuencia directa en el resto de los integrantes de Juntos por el Cambio. Elisa Carrió ya había acusado a Macri por la derrota y pidió la neutralidad. Lo mismo hicieron, como se esperaba, el radicalismo, los gobernadores electos de Juntos por el Cambio y Horacio Rodríguez Larreta.

Gerardo Morales y Martín Lousteau informaron que la UCR se mantendrá neutral en el balotaje.Gerardo Morales y Martín Lousteau informaron que la UCR se mantendrá neutral en el balotaje.

Así, a pesar de que nadie quiso confirmar hasta ahora una ruptura formal de la coalición, Juntos por el Cambio quedó fracturada. El mes próximo, si es que no queda certificada antes la explosión cuando siga ganando temperatura la campaña, la alianza tendrá una oportunidad más para romperse. Si Milei se impone en el balotaje, ya no habrá mucho que dirimir: Macri, Bullrich y el sector del PRO que los siga se convertirán en oficialistas y el resto de la coalición quedará en la oposición.

Si el que se impone es Massa, es posible que se recomponga el espacio, aunque tendrá un equilibrio muy inestable: algunos serán los halcones y otros las palomas de la oposición. En ese caso, además, deberán lidiar con las invitaciones que les hará Massa para negociar.

El radicalismo se mantendrá unido, pero tiene varias discusiones por delante. En noviembre tendrán que definir la sucesión de Morales y también pondrán sobre la mesa la conducción de los bloques parlamentarios, las autoridades del Congreso y los lugares que, como opositories, negociarán con el Gobierno.

A su vez, además de las decisiones de los partidos de la coalición y de la posición que tomen sus dirigentes más notorios, los diez gobernadores de Juntos tratarán de convertirse en un bloque que sirva como como referencia de negociación con el nuevo presidente. Esa es la alternativa: mantenerse juntos para negociar o convertirse en un archipiélago de cuentapropistas en el que el Gobierno pueda pescar apoyos de a uno cuando necesite votar leyes del Congreso que requieran de mayorías especiales.

Ignacio Miri
Ignacio Miri

Secretario de Redacción. Editor Jefe.

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