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Ucrania: En 100 días, la “guerra relámpago” se transformó en una de desgaste

PARÍS/KIEV/BRUSELAS, Afp

Tras el fracaso de su ofensiva relámpago para derrocar el gobierno de Ucrania, las fuerzas rusas redujeron sus ambiciones para concentrarse en la conquista de la región del Dombás, donde se libra ahora una guerra de desgaste, 100 días después de iniciada la invasión.

La táctica de la apisonadora aplicada por Moscú para hacerse poco a poco con el Dombás parece estar dando sus frutos. Pese a la resistencia ucraniana, las fuerzas rusas controlan ahora una parte de la ciudad clave de Severodonetsk.

Difícil situación

“La situación en el Dombás sigue siendo muy difícil”, reconoció el lunes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

A pesar de todo, “la apisonadora avanza ciertamente, pero de forma laboriosa, no se trata de un sometimiento militar”, sostiene Mathieu Boulègue, experto del centro de reflexión Chatham House.

“En las próximas semanas, Moscú necesitará pasar militarmente de una guerra de movimientos a una guerra de posiciones. Su material no se regenera, sus fuerzas se agotan”, estima el especialista.

Tras tomar el estratégico puerto de Mariúpol (sureste), que permite conectar Rusia con la península de Crimea, una victoria militar en el Dombás sería bienvenida por Vladímir Putin.

El presidente ruso lanzó el 24 de febrero la mayor ofensiva militar en Europa desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Pero su fallido inicio dejó atónitos a los países occidentales.

Tres frentes

Las fuerzas rusas abrieron tres frentes a la vez: en el norte, hacia la capital Kiev; en el este y en el sur. La ofensiva en el país vecino movilizó 160 mil soldados. 

Esto representa una relación de fuerzas un poco superior a uno contra uno frente a los ucranianos. Sin embrago, la doctrina militar aboga por una ratio de tres contra uno para lanzar un ataque.

Ambiciones rebajadas

Moscú lanzó esta “operación militar especial” sin lograr primero la supremacía aérea y, rápidamente, empezó a mostrar sus límites frente a una defensa ucraniana ágil y entrenada desde hace años por instructores de la OTAN.

Las tropas ucranianas, subestimadas por Rusia y a las que Occidente provee de armas antitanques y antiaéreas, infligieron importantes daños a los rusos, obligados un mes después a modificar sus objetivos.

Rusia decidió entonces centrarse en la cuenca minera del Dombás, en el este. Esto representa una menor ambición, que llega acompañada de esfuerzos para solventar las deficiencias militares de los inicios del conflicto.

“Hemos visto a los rusos remediar algunas dificultades, especialmente en el plano logístico. El Dombás está en el extremo oriental del país, más cerca de Rusia y de sus líneas orgánicas de suministro”, constató hace una semana el portavoz del Pentágono, John Kirby.

En el plano táctico, “emplean unidades más pequeñas, realizan pequeños movimientos” e “intentan tener una mejor coordinación entre operaciones aéreas y terrestres”.

Incesante bombardeo

A partir de ahora, la artillería rusa bombardea sin descanso las posiciones ucranianas para intentar debilitarlas y avanzar. Pero “los ucranianos se han arraigado en el terreno, en trincheras”, señala Mathieu Boulègue.

“Tras varios sorprendentes éxitos ucranianos —de hecho, golpes aprovechando las fallas de Rudia— los rusos retomaron la iniciativa. La batalla del Dombás está lejos de terminar”, comenta el historiador militar francés Michel Goya en su blog.

Para este especialista, el frente oriental “se está convirtiendo en una batalla decisiva que absorberá los esfuerzos en las próximas semanas”.

En casi 100 días, este conflicto ha causado estragos a nivel material y humano.

Fuentes occidentales estiman que unos 15 mil soldados rusos perdieron la vida, sin duda menos que del lado ucraniano, del que no hay estimaciones confiables.

Los rusos perdieron más material militar que las fuerzas ucranianas

Según un balance del blog Oryxspioenkop a partir de imágenes del terreno, los rusos perdieron 739 carros, 428 blindados, 813 vehículos de combate de infantería, unos 30 aviones de caza, 43 helicópteros, 75 drones y nueve buques.

Los ucranianos habrían perdido por su parte 185 tanques, 93 blindados, 22 aviones de combate, 11 helicópteros y 18 buques. 

Para el Kremlin, “el objetivo es alcanzar los límites administrativos del Dombás”, estima el general Cristophe Gomart, excomandante de las fuerzas especiales francesas.

“A partir de ese momento, pienso que llevarán a cabo una pausa operativa ya que hay dos ejércitos que se enfrentan desde hace ya tres meses y que se agotan. Esto empieza a ser una guerra de desgaste, sin lugar a dudas”, explicó.

En el Dombás, “Ucrania podría perder terreno a corto plazo, pero Rusia enfrentará serios problemas para mantener su esfuerzo militar y preservar sus conquistas territoriales”, estima el experto militar Michael Kofman, del centro de reflexión estadounidense CNA, juzgando que “la guerra podría prolongarse”.

“Este conflicto será un larga guerra de desgaste”, abunda Mark Cancian, del instituto de investigación estadounidense CSIS. “Ninguna de las partes parece dispuesta a comprometerse o llegar a un acuerdo. Hasta que uno de los campos se decida, podríamos ver una especie de conflicto congelado de baja intensidad”.

Zelenski reconoce el impacto de los ataques, pero confía en revertirlo

“El Ejército ruso ha destruido casi todo el Dombás. El que fuese otrora uno de los centros industriales más potentes de Europa, está devastado”, dijo ayer el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un mensaje virtual al Parlamento de Luxemburgo.

Según Zelenski, Rusia controla aproximadamente el 20 por ciento del territorio de Ucrania y sus tropas han entrado en 3.620 localidades del país, aunque más de un millar fueron reconquistadas luego por el Ejército ucraniano.

Ucrania ha puesto ahora todas las esperanzas en la llegada de nuevo armamento moderno prometido por EEUU y que aparte de misiles de largo alcance podría incluir drones de combate MQ-1C Gray Eagle.

El suministro de armas puede marcar un antes y un después en el conflicto.

Zelenski aseguró ayer en una intervención telemática en el foro GLOBSEX, con sede en Bratislava, que hay “potencial para un punto de inflexión” en el conflicto.

La llegada de armas occidentales de mayor alcance y precisión modifique la situación en el frente.

La OTAN se refuerza y se amplía, lo contrario de lo que quería Putin

Un refuerzo de tropas en el flanco este de la Alianza Atlántica y el doble de frontera común con la OTAN si se culmina el ingreso de Suecia y Finlandia por el temor al comportamiento de Moscú, son algunas de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania que el presidente ruso, Vladímir Putin, quería evitar.

“Putin consigue exactamente lo contrario de lo que quiere. Invadió Ucrania porque quería menos OTAN en las fronteras de Rusia. Lo que consigue es más OTAN. Son las acciones agresivas, la retórica amenazante de Rusia, lo que ha hecho que muchas naciones de Europa se decidan a entrar en la OTAN”, declaró su secretario general, Jens Stoltenberg, a finales de abril.

Es un mensaje que Stoltenberg viene reiterando y es que desde la Alianza hacen hincapié en que la estrategia del Kremlin de invadir un país vecino al considerar que su posible entrada en la OTAN supondría una amenaza para su propia existencia, ha resultado un fiasco.

Desde su creación en 1949, los miembros de la OTAN han pasado de 12 a 30 a través de ocho rondas de ampliación.