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El nuevo álbum de The Rolling Stones: El brillo de los sucios diamantes

Digamos, solo digamos, que este sea el último álbum de los Rolling Stones. Supongamos que, si fuese así, la banda de rock más legendaria del planeta cerraría su historia musical con broche de diamantes. Hackney Diamonds es un disco fantástico.

Desde hace 23 años –o sea, lo que llevamos de este siglo XXI– los hinchas de los Stones no solo hemos vivido con la incertidumbre de que el fin de la banda estaba a la vuelta de la esquina, sino, aun peor, con la lejana pero angustiosa sensación de que podrían envejecer mal y terminarían haciendo trabajos comunes y corrientes: una más que entendible decadencia.

Sin embargo, con un Mick Jagger de 80 años, un Keith Richards de 79 y un Ronnie Wood de 76, los Stones entregan un nuevo álbum muchísimo más que decente. Si este es el último capítulo creativo de la banda inglesa, pues que caiga la ovación porque estamos frente a una robusta pieza de rock.

Un disco que se grabó en Bahamas, París, Nueva York, Londres y, principalmente, Los Ángeles, y que trae eso que siempre ha sido su sello de garantía: explosión y contundencia. Una vez más, primer mandamiento estoniano, rock en su más pura definición.

Hackney Diamonds –antiguo dicho londinense para referirse a los trozos de vidrio que quedan después de un robo– es el primer álbum con temas originales del grupo desde A Bigger Bang (2005) y el siguiente después de Blue & Lonesome (2016), que incluyó una docena de versiones de blues. En total, los Stones ya tienen 24 álbumes de estudio en seis décadas.

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La pregunta es: ¿la fiesta continúa o empieza otra? Digamos que este trabajo –con 12 canciones– es el comienzo de una nueva fase. Este es el nuevo grupo sin Charlie Watts, el histórico baterista –y piedra angular rítmica de la banda– que murió en 2021 a la edad de 80 años. “Luego de que Charlie nos dejara, creo que necesitábamos dejar una nueva huella con Steve”, dijo Richards, en referencia a Steve Jordan, el reemplazo en las baquetas que había recomendado el mismísimo Watts.

Luego de que Charlie nos dejara, creo que necesitábamos dejar una nueva huella con Steve.

Hay que recordar que Charlie siempre interpretó el papel de santo convocador para las grabaciones. Palabras menos, era él quien hacía las llamadas: “¿Puedes dejar de procrastinar? Ya es hora de grabar otro álbum”. De hecho, Jagger dijo sobre la elaboración de este trabajo: “Nadie cumplía el papel de capataz… Nadie decía: ‘Esta es la fecha límite’”. Así que le tocó hacerlo. Eso sí, Charlie alcanzó a dejar su impronta en dos canciones del disco: Live By The Sword y Mess It Up.

¿Y cuál fue el resultado? En principio, el nivel de siempre: la voz desgarradora y obscena de Jagger que nos sigue gritando en la cara; los riffs de guitarra corpulentos y sucios de Richards; los fundamentos de la guitarra blusera de Woods; y esa constante sensación de que todo fue improvisado. Sin sonidos computarizados, Hackney Diamonds parece más un desaseado baluarte de los años 70 que un producto del XXI.

Angry, la enérgica canción que abre este álbum, pasará a la historia como uno de los temas grossos de la banda. Después, entre lo más destacado, está el potente y medio punketo tema Bite My Head Off, en el que sir Paul McCartney –de 82 años– toca un rabioso y medio distorsionado bajo.

Siguiendo con las colaboraciones, atención a la exquisita Sweet Sound Of Heaven, una larga súplica soul y góspel de 7’22”, con la voz muy bien puesta de Lady Gaga y con los teclados de Stevie Wonder; Live by the Sword, que cuenta con la participación de Bill Wyman, el bajista original de los Stones –retirado en 1993– y con el piano de Elton John.


También, para subrayar, tres temas notables llenos de melancólica: el country Depending on You, en el que Jagger dice: “Yo hacía el amor pero tú tenías otros planes”; la balada Tell Me Straight, que compuso y canta Richards y dice: “¿Mi futuro está en el pasado? Solo dímelo directamente”; y el blues de garaje Rolling Stone Blues, que cierra el álbum y que cuenta únicamente con la guitarra de Keith y la voz y armónica de Mick.

The Rolling Stones

Hackney Diamonds, el nuevo álbum de The Rolling Stones.

Foto:

Cortesía Universal Music

¿Acaso un mensaje de reafirmación de sus raíces o el inmaculado epílogo de la banda?
Con todo, este disco –cuya portada es espantosa–, que fue producido por el crío Andrew Watt (¿cómo hizo, a sus 32 años, para decirle a Jagger y Richards qué hacer con una grabación?), es un deleitoso material que los dos dinosaurios habían acumulado a lo largo de años.}

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Y aquí está, de nuevo, el sonido de los Stones. El mismo que conocemos y hemos amado durante décadas (ya seis). No estoy seguro si los hinchas necesitábamos un nuevo disco de los Stones. De lo que sí estoy seguro es que ellos, para poder respirar, sí que necesitaban de un nuevo álbum. De uno fabuloso, como este. Es el brillo de los sucios diamantes.

MAURICIO SILVA GUZMÁN
Editor jefe de Bocas
@MsilvaAzul