Costa Rica
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Deschaves en la presidencia

Como si se tratara de un turno de pueblo, la Casa Presidencial sigue lanzando desde Zapote sus acostumbradas ráfagas de cachiflines con la clara intención de sacarse clavos y generar una nube distractora para evitar cuestionamientos.

Sin embargo, conforme comienza a disiparse el efecto anestésico provocado por los juegos pirotécnicos en algún sector de la población, emergen a la luz nuevos hechos controversiales que encienden las señales de alerta.

El mandatario, en su caprichoso afán por acabar con la obligatoriedad de la vacunación contra el virus, derogó la declaratoria de estado de emergencia que agilizaba el flujo de recursos para atender la crisis sanitaria.

Sin mostrar ningún sustento técnico ni un estudio epidemiológico, Chaves alegó que el manejo de la propagación del coronavirus está controlado y que “podemos dedicarnos entonces a la pospandemia”.

Tales afirmaciones riñen con la acongojante situación que se vive en el Hospital Nacional de Niños, cuyos encargados están muy preocupados por la ola de covid infantil que enfrenta Costa Rica.

Olga Arguedas, directora del centro médico, confirmó que la enfermedad se ha concentrado en niños menores de cinco años, quienes ahora constituyen el grupo más vulnerable porque todavía no ha llegado la vacuna para ellos.

“Lo otro es que estamos viendo más casos graves”, agregó Arguedas, tras confirmar el reciente fallecimiento de una niña de un año en momentos en que el hospital registra una elevada ocupación.

El riesgo para los niños puede ser mucho mayor si tomamos en cuenta que, al pasado 1.° de agosto, 133.467 menores de entre 5 y 11 años no habían recibido ni una sola dosis. Ellos representan el 25,4% de esa población.

Además, había más de 150.000 pequeños que tenían pendiente la segunda o la tercera inoculación para completar su esquema de protección porque, posiblemente, sus padres creyeron el cuento de que el peligro pasó.

La anulación de la declaratoria de emergencia se une a la colección de deschaves de esta administración. Si su intención es fabricar una nueva controversia para desviar la atención de las congojas económicas que afronta la población, es imperdonable que se juegue con la vida de la gente.

rmatute@nacion.com

El autor es jefe de información de La Nación.