El Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo para dar más protección y empuje a los productos que cuentan con la etiqueta de denominación de origen europea. «El acuerdo que hemos alcanzado hoy contribuirá a aumentar la observancia de las indicaciones geográficas en toda Europa, reforzará su protección, especialmente en línea, y contribuirá a defender la excelente reputación de los productos europeos en los mercados mundiales», señaló Luis Planas, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, que es el país que preside este semestre el Consejo de la UE.
En este sentido, la nueva ley quiere aportar «beneficios tangibles a la economía rural y proteger el patrimonio gastronómico de la Unión Europea en todo el mundo». Para conseguirlo, la normativa prevé un procedimiento de registro simplificado y más eficiente que reducirá el tiempo de espera entre la solicitud y el registro efectivo de la indicación geográfica, así como una mayor protección de las indicaciones geográficas en línea.
Además, las asociaciones o agrupaciones de productores regionales ganarán más competencias y serían reconocidas oficialmente a nivel europeo si así lo desean. Los estados miembros podrán designar a organizaciones reconocidas con competencias y responsabilidades reforzadas, y les podrán dar más autonomía. En este sentido, estas agrupaciones podrán elegir, por ejemplo, qué prácticas comunes aplican en materia de sostenibilidad, las cuales pueden ser más ambiciosas de les que marca el país o la UE y pueden ser otro valor añadido.
El acuerdo, según informa Ical, también ofrece protección en el caso de los productos protegidos por la etiqueta de denominación de origen que se venden preenvasados. Cuando se trate de este tipo de ingrediente, los productores deberán notificar que el producto que están vendiendo cuenta con esta protección en el etiquetado o en el material publicitario, y que los productores son de una zona geográfica concreta y forman parte de una organización.
En Castilla y León
Hay bastantes alimentos castellanos y leoneses que cuentan con el reconocimiento y la protección de la etiqueta de denominación de origen de la Unión Europea, como el jamón de Guijuelo, el vino de los Cebreros, la mantequilla de Soria, la manzana reineta del Bierzo, el queso zamorano, los vinos de la Sierra de Salamanca, de Valtiendas, de Pago Abadía Retuerta, de Pago Urueña y de Pago Dehesa Peñalba. «Las indicaciones geográficas representan lo mejor de nuestra rica tradición gastronómica europea», insistió el ministro Planas.
Por otro lado, la Unión Europea también quiere blindar los productos tradicionales y extenderá la creación de etiquetas de denominaciones de origen a artículos artesanales e industriales, como podría ser alfarería, la elaboración de mantas, la forja, la botería o la cestería tradicional que se produce en diferentes zonas y ciudades de Castilla y León.
La medida también tiene como objetivo potenciar la venda y la exportación de los productos tradicionales europeas, y evitar que proliferen falsas imitaciones que puedan dañar su imagen o que se importen de terceros países. Además, se propone salvaguardar trabajos tradicionales de un alto valor añadido que se suelen encontrar, principalmente, en zonas rurales que sufren despoblación.
