El Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea (UE) rechazó ayer en bloque el plan de la Comisión para eliminar la pesca de arrastre en las zonas marinas protegidas para 2030 porque consideran que es “precipitado y desequilibrado” y que supone una “condena” para este arte. Una posición que podría frenar estas medidas, ya que requieren la implicación de los Estados para poder llevarse a cabo.
España y Francia fueron los países más duros contra este plan de Bruselas para garantizar la protección jurídica de sus mares con la ampliación de las zonas marinas protegidas del 12% actual al 30%, ya que ambos advirtieron del riesgo de desaparición de la pesca de arrastre si reduce a los niveles del Plan de Acción.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, subrayó en Bruselas que “dos tercios del pescado que consume la UE son importaciones de terceros países con criterios de sostenibilidad totalmente distintos” que los que se autoimpone la Unión, por lo que tachó el plan de “desequilibrado y desenfocado”, ya que considera que no tampoco tiene en cuenta sus consecuencias socioeconómicas. En la misma línea, el ministro francés, Hervé Berville, criticó que las propuestas de Bruselas están “desconectadas” de la realidad y advirtió de que si el plan de prohibir el arrastre se lleva a la práctica, se estaría “condenando” la pesca artesanal en Europa.
La ministra portuguesa, Maria do Céu Antunes, se mostró “preocupada” por estas medidas y recordó que las especies objetivo de esta flota en sus aguas se encuentran en niveles de rendimiento máximo sostenible. Una preocupación que comparten también otras delegaciones, entre ellas la belga, la alemana, la griega, la irlandesa o la neerlandesa, que incidieron en que la prohibición de la pesca de arrastre “no es la mejor vía” para alcanzar los objetivos climáticos que persigue la UE.
España, Grecia, Italia o Chipre también criticaron la penalización que suponen normas “rígidas e inaplicables” que podrían implicar un incremento de las exportaciones de terceros países donde no se garantizan esos criterios de sostenibilidad que sí se exigen en la UE. Una afirmación respaldada también por los países bálticos, que recalcaron que el mal estado de ciertos ecosistemas no se debe exclusivamente a la pesca y que, por tanto, esta “no debe asumir el peso de todas las medidas”, al tiempo que advirtieron de que las consecuencias socioeconómicas de la eliminación total del arrastre pueden ser “enormes”.
El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, el lituano Virginijus Sinkevicius, que ni siquiera logró el apoyo de su país, reiteró que no propone de forma inmediata la prohibición. Consciente de que se trata de un debate “complejo”, animó a los Estados a tratar de “encontrar un equilibrio muy difícil, pero que es fundamental” porque la pesca como actividad económica “no sobrevivirá sin los ecosistemas”, advirtió.
Rueda pedirá a Von der Leyen “corregir” las medidas
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, avanzó ayer que defenderá ante la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, los intereses de Galicia en la pesca. Así lo trasladó el mandatario en declaraciones a los medios en un acto en Curtis, después de trascender que Von der Leyen le recibirá el próximo 27 de marzo en Bruselas.
Rueda ratificó que aprovechará el encuentro para abordar algunas decisiones que la UE adoptó en relación con el sector pesquero y que son “claramente perjudiciales” para Galicia. “Tenemos argumentos de sobra para decir que estas decisiones se pueden modular e incluso corregir para compatibilizar el medio ambiente con la pervivencia de un sector pesquero que aquí es fundamental”, esgrimió.
“Como potencia pesquera que somos en Galicia, yo intentaré llevar esa voz y esas reivindicaciones”, anticipó Rueda, quien puso el acento, asimismo, en que dichas decisiones también afectan a otras zonas de España y Europa.
