Tal vez cuando conoció a Don Jorge Suleiro en persona, le dio una impresión muy diferente de lo que realmente era . Parecía serio y distante, pero en realidad era un hombre encantador. Casi toda su vida se puede resumir en Berrin. Allí fue párroco, en sustitución del mítico D. Faustino y Arcipreste. No hay duda de que a lo largo de los años se ha establecido como clérigo en el área de Belin. Permaneció en Verín durante 60 años y dejó la Torre de la Iglesia , obra realizada en su tiempo, entre otras muchas obras.
Nació en Ourentes el 22 de abril de 1928, estudió en el Seminario de Ourense antes de asistir a la Universidad de Salamanca donde se licenció . Licenciado en la universidad, estaba a cargo de la parroquia de Senorin. Pasó algún tiempo antes de convertirse en antiguo del seminario mayor, pero renunció a su cargo para gobernar la parroquia de Verín. Es sacerdote desde el 3 de julio de 1955.
Sufría de la enfermedad de su hermana. Mi hermano Manuel me ayudó. Manuel murió unos meses después que su hermana.
Dejó la parroquia por motivos de salud. Paradójicamente, murió después de que sus otros dos hermanos estuvieran enfermos durante mucho tiempo. Esa casa solía ser un verdadero hospital. Sin duda es un tiempo de sufrimiento y de seria reflexión.
Siempre lo recordaré como su amigo sincero que me brindó consejos precisos e íntimos sobre su parroquia y los asuntos parroquiales. Su apariencia siempre será recordada como una indicación de a quién acudir. Y sobre todo, por su labor en Cáritas. Los pobres eran un área prioritaria para él, incluso acogiendo a muchos que venían de Portugal a través de Chávez.
Estimado Don Jorge, descanse en paz. Que el Señor os acoja, como a vuestro primo D. Perfecto González Suleiro, junto a vuestros hermanos recientemente fallecidos.
El Dios de la Paz y el Consuelo es el único que puede comprender la intención y la interioridad de nuestras acciones.
