Hace un año que Pablo Casado dejó la presidencia del PP debido a la crisis provocada por su enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso. Pero hoy ha vuelto a captar la atención mediática al ser interrogado por el juez sobre unas declaraciones sobre la inmersión lingüística que le valieron una querella por parte del gobierno de la Generalitat. Y es que el exdirigente popular ha protagonizado diversas polémicas con Cataluña y el proceso independentista como epicentro.
Curiosamente, el tono utilizado por Casado ha sido muy dispar, pues ha pasado de condenar las cargas policiales del referéndum del 1 de octubre a extremar el discurso sobre la presión del catalán en los colegios. En efecto, en la campaña de las elecciones catalanas de 2021, el entonces líder del PP visitó Cataluña en numerosas ocasiones para arropar al candidato Alejandro Fernández.
En una ocasión, cuestionó la gestión que hizo del Gobierno de Mariano Rajoy de la jornada del 1-O. Casado, así lo aseguraron algunas fuentes del PPC, "destrozó" la campaña de los populares, que obtuvieron un mal resultado. Muchos votantes no entendieron esas críticas.
Querella del Gpvern
Por el contrario, Casado elevó el tono de sus manifestaciones cuando afirmó que, en Cataluña, los profesores tienen instrucciones de no dejar ir al baño a los niños que hablan en castellano. Hoy ha confesado que no contrastó esos supuestos hechos, pero que no se arrepiente de lo que dijo. El Govern presentó una querella por esas reflexiones.
Sin embargo, Casado logró captar la atención del empresariado catalán, al coincidir con ellos en la necesidad de una rebaja fiscal que en Cataluña, que pasaría a su juicio por una gran reforma consistente en suprimir los 15 impuestos propios y reducir el tramo del IRPF autonómico. Así lo dijo en junio de 2021, durante las jornadas que organiza el Círculo de Economía. Sin embargo, el popular rechazó los indultos a los independentistas, medida que los responsables del lobby económico defendieron como parte de la solución al conflicto secesionista.
