La Cabalgata de Reyes de Puente Viesgo se pasa a la primavera y se va de España. En concreto recalará en Les Eyzies, pueblo hermanado con la villa, donde se recreará el Auto Sacramental cántabro, recién estrenado como Fiesta de Interés Turístico Regional. Será en la visita que los viesgueños hagan a la localidad francesa del valle de Vézère entre este viernes 2 de junio y el lunes 5.
Serán tres días de celebración en los que los franceses, con la connivencia cántabra, se han propuesto reproducir, el sábado por la noche, la celebración navideña. El grueso de los participantes y los trajes viajarán con la expedición y al otro lado de la frontera sumarán figurantes y animales para recrear el Belén de Puente Viesgo.
La prensa francesa se ha hecho eco de esa expedición, explicando que se trata de «un gran desfile con los Reyes Magos y toda una procesión disfrazada». Lo cierto es que la comitiva de Puente Viesgo viajará con sus mejores galas, unas 60 personas que recorrerán las calles de Les Eyzies a la luz de las antorchas, desde el Ayuntamiento de la localidad hasta la iglesia de Tayac, con caballos, burros, ovejas y aves incluidas aportadas por sus hermanos galos.
Allí estará el presidente de la Dordogne (homólogo del presidente autonómico), Germinal Peiro, junto al alcalde de Puente Viesgo, Oscar Villegas, que viajará con la tranquilidad de lograr un pleno de concejales en la Corporación y la alegría de poder presumir de una fiesta de calado como el Auto Sacramental, representado en Francia también por uno de sus principales avalistas, Pedro de la Vega.
Contenido amplio de la visita
Además, está previsto todo un programa de actos para la visita de los españoles. Serán recibidos por el alcalde, Philippe Lagarde, el comité de hermanamiento y el grupo folclórico Les Cardilloux. Descubrirán la cueva Grand Roc, el parque del Castillo de Campagne, la exposición sobre el Gran Sitio del valle del Vézère, en el Centro de Interpretación de la Prehistoria, el Museo Nacional de la Prehistoria o el sitio de Castel-Merle. Eso además de la gastronomía local y la amabilidad de los franceses, que ya les esperan con los brazos abiertos.
