Guatemala
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¡El futuro de Guatemala está en juego!

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) realizó el pasado 20 de enero la convocatoria a las próximas elecciones generales. Es una etapa más en nuestro proceso democrático, iniciado con las elecciones de 1985, que solo sufrió un ligero tropiezo en 1993, con el fallido Serranazo. Ya son 38 años de elecciones democráticas y los guatemaltecos debemos sentirnos orgullosos por ello.

Las últimas modificaciones aprobadas a la LEPP siguen permitiendo una proliferación de partidos formados detrás de una sola persona. Ninguna de las agrupaciones actuales que buscan inscribir a sus candidatos representa una institución política con trayectoria e ideología establecida. Se tratan más de un vehículo para impulsar la candidatura de ciertas personas a ocupar al menos un curul en el Congreso de la República. Al lograrlo, pueden incorporarse a las grandes ligas de los negocios de la corrupción. De no lograrlo, son automáticamente cancelados. Por ello es que los nuevos partidos en Guatemala cuentan en sus filas a viejos políticos de carrera que han encontrado en ello su manera de vivir, olvidándose de la población a la que representan y los eligió.

El TSE ha llamado a un voto consciente e informado. Por ello se restringe la publicidad anticipada, aunque algunos partidos utilizan artimañas publicitarias semánticas para eludir esta restricción. Lo anterior es parte de la abundante desinformación que inundará a los ciudadanos durante la campaña electoral. Se vuelve realmente difícil lograr una información clara y objetiva de los distintos candidatos. Sin embargo, es importante que se conozca cuál es la ideología y el plan de trabajo del partido que respalda a los candidatos, cuántas veces el candidato se ha cambiado de partido y cuántos procesos puede tener en su contra, aunque no haya sido aún condenado por ello.

Los medios de comunicación escrita hacen lo posible para presentar la información, pero rara vez es completamente objetiva, ya que se especializan en resaltar a los candidatos que apoyan y a perjudicar a los candidatos contrarios. Las redes sociales se llenan de memes, de opiniones de personas mal llamadas analistas políticos y de rumores infundados. Con ello confunden aún más a los ciudadanos que se han acostumbrado a creer en los rumores muchas veces infundados de las redes sociales y los comparten con sus círculos de amistades.

Debemos mantener muy claro que Guatemala no es solo la ciudad capital. Somos principalmente un país forestal, rural y agroindustrial. A los citadinos nos tiene loco el caos del tráfico, pero al campesino no le importa el tráfico de la capital, sino el precio de sus insumos y el estado de la carretera que le permite sacar su producto al mercado local. Es nuestra realidad y estoy seguro de que todos los políticos la entienden y hacen promesas de campaña mencionando lo que la gente quiere escuchar. Desafortunadamente, una vez son electos la mayoría se olvida de a quiénes representan para concentrarse en su provecho personal, al amparo de la corrupción.

Los datos sobre los candidatos existen. No es sencillo obtenerlos, pero es necesario perseguirlos para transformarlos en información útil para la toma de decisiones electorales. Esta información debe estar fácilmente disponible para todos los ciudadanos. Es importante conocer realmente a los candidatos por sus trayectorias de vida y no a través de las frases y música de la campaña electoral, o porque regalan láminas o fertilizantes. Debemos abrir muy bien los ojos y aprovechar la ocasión de las elecciones generales para ponerle un claro freno a la corrupción generalizada que nos ahoga y nos destruye.