¿Cuánto tiempo pierde usted en el endiablado tránsito? Este año comenzó con un tremendo dolor de cabeza para quienes nos movemos en el área metropolitana. Si antes el congestionamiento vial nos llevaba una hora, ahora ese tiempo casi se ha triplicado, con el consiguiente consumo excesivo de combustible, llegadas tarde al trabajo y el impacto psicológico que supone la tortura diaria en las calles. Sea en las carreteras a El Salvador y al Atlántico-Calle Martí, bulevar Liberación y calzadas San Juan, Roosevelt y Aguilar Batres, ya casi no hay hora pico porque en la mañana, la tarde y la noche es difícil transitar. El Anillo Periférico tampoco se puede considerar una vía rápida porque hay áreas donde se paralizan los vehículos. El proceso de deshumanización que han propiciado las autoridades al frente de la municipalidad de Guatemala comienza por el deficiente, peligroso y deteriorado transporte público que ha convertido la ciudad del futuro en hostil para el ciudadano de a pie.
A partir de enero, cada día perdemos unas cuatro horas diarias o más en el tránsito, lo cual significa un promedio de 80 horas al mes por persona. Esto tiene una pérdida millonaria en la economía nacional y un serio impacto emocional en la población, sea que vaya sentada en sus carros particulares o parada en los destartalados buses urbanos. De ahí salta la pregunta: ¿qué hacen las autoridades ediles para resolver esta grave crisis? La falta de planificación urbana ha determinado que solo existan 1.5 metros de vías por habitante, eso significa que no ha existido la capacidad de concebir proyectos a largo plazo. La municipalidad de Guatemala se ha dedicado a construir pasos a desnivel estrechos que ni siquiera en los primeros meses de funcionamiento se dan abasto. Son medidas paliativas que no resuelven el problema de fondo de que nos estamos moviendo en un área estrecha y asfixiante.
La peor parte se la lleva la población de escasos recursos. El único proyecto viable que ha desarrollado la comuna capitalina es el Transmetro, pero que ya no es suficiente para la alta demanda que existe. En la actualidad ya no podemos hablar solo de la ciudad de Guatemala, sino del área metropolitana, que incluye los municipios absorbidos por la mancha urbana. Pese a ello, brilla por su ausencia un plan metropolitano para aprovechar el Transmetro y lograr conexiones hacia las ciudades dormitorio. En varios sectores capitalinos y en los municipios circunvecinos el transporte sigue siendo pésimo y caro. Si antes de la pandemia se pagaba Q1 o Q1.10 por viaje, ahora ese costo es superior a los Q5, por las diferentes conexiones que se deben hacer para llegar al destino. La posibilidad de construir un sistema de transporte subterráneo (metro) está casi sepultada por falta de fondos y la galopante corrupción.
La carencia de un transporte colectivo de buena calidad ha llevado a que las personas busquen la forma de hacerse de un vehículo. En el 2012 existían 643 mil 143 vehículos en movimiento. Según el Observatorio Nacional de Seguridad de Tránsito, para el 2021 en el departamento de Guatemala circulaban 1 millón 847 mil 261 vehículos, de los cuales el 43 por ciento eran motos. Eso significa que en nueve años el parque vehicular se duplicó para movilizarse en el mismo espacio vital, lo cual lo hace más conflictivo. ¿Qué solución ha dado la comuna capitalina? La multiplicación de carriles reversibles, otro paliativo. Ahora un accidente de tránsito en una vía puede llegar a colapsar todo el sistema vial capitalino, como ha ocurrido en la Aguilar Batres y no hay carril reversible que lo resuelva. Por eso es importante que para las próximas elecciones los ciudadanos analicen qué candidatos a alcalde ofrecen soluciones factibles a este grave problema que no solo afecta nuestros bolsillos, sino nuestra tranquilidad emocional.
