Guatemala
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Guatemala, ¿otra Nicaragua?

En noviembre de 2021 se celebraron las elecciones generales de Nicaragua. Se caracterizaron por sólo contar con dos candidatos, en donde el candidato oficial, Daniel Ortega, obtuvo un 75.87% de los votos. Adicionalmente, el partido oficial obtuvo el 74.17% de la Asamblea Nacional. La asistencia a la votación fue del 65.26%, con sólo un 5.53% de votos nulos o en blanco. Sin embargo, todos recordamos que antes de las elecciones se observó en Nicaragua una eliminación sistemática de la mayoría de los candidatos de la oposición. Desde el mes de junio fueron arrestados cinco precandidatos presidenciales.

Se ha visto en repetidas ocasiones que en empresas se aplica la técnica del “codazo”, en donde un superior elimina a un subalterno que puede “hacerle sombra”. Hemos visto que la misma técnica se aplicó en las elecciones de Nicaragua de 2021, y el resultado fue que el candidato oficial ganó las elecciones. Los últimos acontecimientos electorales en Guatemala ahora parecen emular lo sucedido en Nicaragua. Si analizamos todo lo acontecido desde inicio del año: el reparo contra Jordán Rodas, candidato a vicepresidente por el MLP, y la descalificación de Roberto Arzú, candidato presidencial por el partido Podemos. Analizados de manera aislada, no parece nada fuera de lo normal y sólo es la aplicación de la Lepp.

Sin embargo, observando la situación anterior desde otra perspectiva, vemos que tanto los binomios del MLP como de Podemos se ubicaban por encima del candidato oficial del partido Vamos. Con la descalificación de los dos binomios presidenciales mencionados, el candidato oficial sube ahora a la 4a. posición. El riesgo de no llegar a la segunda vuelta de las elecciones es alto. Si el partido oficial estuviese siguiendo la técnica utilizada por el FSLN de Nicaragua, estaría concluyendo que es necesario eliminar a al menos un binomio adicional.

Si seguimos con el pensamiento anterior (como un simple ejercicio mental), resulta que la persecución en contra de Edmond Mulet, del partido Cabal, que se ha desatado en los últimos días, es para eliminar al candidato que ocupa la 3a. posición. Por ello, el MP lo acusa inicialmente de “obstrucción de la justicia”, por lo expresado en unas conferencias de prensa y una petición que el partido Cabal presentó ante las autoridades correspondientes, a favor de los periodistas y de la libertad de expresión. Luego, el MP presenta un expediente completo ante el TSE con las pruebas de que el partido Cabal ha incurrido en campaña electoral anticipada. Realmente parece extraño que el MP sea tan eficiente contra Cabal y falle rotundamente en investigar a los demás partidos que también pueden haber incurrido en campaña electoral anticipada, o que han utilizado vehículos oficiales para hacer proselitismo. Si el MP estuviese clavando la tapa del ataúd del partido Cabal, es la mejor manera de proceder.

Regresando a la realidad, todos sabemos que cualquier tercer lugar detrás de los binomios de Valor y la UNE tiene muy escasas posibilidades de llegar a la segunda vuelta. ¿Será que el MP tiene aún alguna sorpresa para todos que descalificaría a otra candidata presidencial? No lo sabemos, pero estoy seguro de que los próximos días serán muy interesantes, esperando nuevas acciones del MP y las resoluciones inesperadas que han caracterizado a los magistrados actuales de TSE.

Lo más importante es que se respeten las leyes de Guatemala, que todos podamos expresarnos sin reservas y, sobre todo, que el proceso electoral no emule el de Nicaragua. Guatemala necesita elecciones libres, sin ninguna intervención que limite la participación de los candidatos proclamados.