A tres meses de las elecciones generales del 25 de junio, aún existen algunas nebulosas respecto de los candidatos oficialmente autorizados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se postulan a presidente y vicepresidente, diputado y alcalde. ¡Suman casi 30 mil los ciudadanos que compiten por acceder a un cargo público! El TSE reportó que se inscribieron 23 binomios, de los cuales 19 ya cuentan con sus credenciales. Además, los ciudadanos debemos acceder a los listados nacionales y distritales para diputado de cada partido, y enterarnos de las personas que buscan dirigir cada municipalidad.
Las reglas electorales vigentes rinden como resultado un nutrido multipartidismo, con un porcentaje significativo de partidos políticos que nacen entre una contienda electoral y otra, y mueren jóvenes. Nos supera la India, que tiene ocho partidos de carácter nacional, 54 partidos estatales y dos mil 796 partidos no reconocidos. O Haití, que tiene más de 50 partidos. No obstante, nuestra arena electoral ya posee un grado de complejidad. Además, las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos trajeron consigo un techo al gasto total en campaña, varias regulaciones a los donativos recibidos, y otras restricciones que posiblemente harán de la campaña un asunto menos ruidoso que en el pasado. Todo apunta a que los ciudadanos debemos esforzarnos más para buscar los datos mínimos para informar nuestro voto.
Dicha búsqueda de información es algo que los votantes no estamos fuertemente motivados a realizar, según el análisis de las decisiones públicas. Nuestras mentes se enfocan de forma prioritaria en el trabajo, familia y las demás responsabilidades personales, y dedicamos únicamente algunos de los momentos libres a evaluar el panorama electoral. El costo de acceder a la información es alto, sobre todo cuando empezamos de cero. Conocemos un poco mejor a los partidos y los candidatos que han concursado en años anteriores, pues almacenamos en nuestra memoria sus planteamientos ideológicos y sus antiguos ofrecimientos. Los cinco binomios que encabezan las encuestas de intención de voto compitieron en por lo menos una de las contiendas electorales pasadas. Por otra parte, sabemos que somos uno de los 9.3 millones de guatemaltecos empadronados, y que el resultado final de la elección no depende de nosotros; es totalmente improbable que el nuestro sea el voto que determine la victoria de uno y la derrota de otro. De allí que los académicos concluyan que cada voto manifiesta tanto una ignorancia calculada como de un cúmulo de prejuicios.
La página Yo Voto Mejor (YVM) del Movimiento Cívico Nacional es un excelente esfuerzo educativo para reducir los costos de acceder a información de calidad. Por de pronto, lista 20 binomios, 968 candidatos a diputado y mil 748 candidatos a alcalde. Yo Voto Mejor es un esfuerzo titánico, pues además de confirmar qué partido postula al candidato, añade si este ha militado en otras organizaciones políticas, algunos datos biográficos y si tiene pendiente de resolver algún asunto legal. El sitio permite a los usuarios dejar comentarios para ampliar información o comentar sobre el candidato, así como emitir una calificación.
Exhorto a los candidatos que aún no lo han hecho a que remitan sus datos al sitio, para que los usuarios podamos conocerlos mejor. Sería genial si en YVM y en sus mítines públicos los candidatos se comprometieran, desde ya, con la libertad económica, política y social de cada guatemalteco. Solamente en libertad el país logrará acelerar el crecimiento económico, crear más empleos, mejorar la calidad de servicios sociales privados y públicos, expandir la infraestructura nacional y más.
