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El núcleo de la Tierra tiene una fuga, señala un equipo de científicos

Un equipo de científicos de Caltech y el Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI) ha realizado un descubrimiento significativo al encontrar niveles elevados de un isótopo específico de helio en campos de lava en las remotas regiones árticas de la isla de Baffin, Canadá, y en Islandia. Este hallazgo representa la evidencia más convincente hasta la fecha de una posible fuga gradual desde el núcleo de nuestro planeta.

A pesar de que el helio es el segundo elemento más abundante en el universo, su presencia en la Tierra es relativamente escasa debido a su tendencia a ascender hacia la atmósfera superior y escapar al espacio. Tradicionalmente, lo extraemos de depósitos de gas natural en la corteza terrestre, que se forman a lo largo de extensos periodos a medida que se desplazan a través de las capas de la Tierra.

La cantidad exacta de helio que permanece en la Tierra ha sido un misterio persistente. Una teoría sugiere que, dado que el helio no ha desaparecido por completo durante miles de millones de años, el núcleo de la Tierra podría estar liberándolo gradualmente desde reservas aún más vastas y desconocidas.

Helio-3 y helio-4 en el archipiélago ártico canadiense

Ahora, según informa Science Alert, el equipo de científicos se basó en investigaciones previas que identificaron trazas de helio-3, un isótopo de helio especialmente raro en la Tiera, en antiguas coladas de lava. Al estudiar las muestras recopiladas en las islas Baffin, Canadá, e Islandia, descubrieron que la proporción de helio-3 con respecto al helio-4, que es mucho más común, era excepcionalmente alta en comparación con cualquier otro lugar de la Tierra: 67 veces mayor que la proporción en la atmósfera.

Esta anomalía sugiere que estos isótopos no provienen de la contaminación atmosférica, sino más bien de una fuente subterránea común que ha estado liberando lentamente el helio atrapado en el núcleo terrestre a lo largo de millones de años.

Además, como se detalla en un artículo publicado en la revista Nature, los científicos respaldan su conclusión al observar la presencia de otros gases nobles, como el neón, que coinciden con las condiciones que existían cuando la Tierra estaba en proceso de formación, hace miles de millones de años.

En última instancia, los científicos plantean que, si su hipótesis sobre el origen de estos gases es precisa, otros materiales en estas áreas remotas también pueden provenir del núcleo terrestre, lo que proporcionaría una visión valiosa y hasta ahora inaccesible del núcleo de la Tierra.

Así, este descubrimiento promete proporcionar datos importantes sobre los procesos y condiciones presentes en los albores de la existencia de nuestro planeta, enriqueciendo nuestro entendimiento sobre cómo se formó la Tierra y, por extensión, cómo se desarrollan planetas similares al nuestro.