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Hacia la erradicación del hambre a través de la cooperación parlamentaria internacional



La intensa labor que desarrollan muchas cámaras legislativas de todo el mundo en el plano internacional, la denominada “diplomacia parlamentaria”, pone de relieve el cada vez más importante papel que desempeña la cooperación internacional en la agenda de todo tipo de actores. Frente a desafíos comunes, como son el hambre y la pobreza, soluciones que han demostrado su eficacia en un territorio pueden implementarse eficazmente en otros, si son compartidas y adaptadas adecuadamente, con ventajas significativas en términos de tiempo e inversión de recursos.

Siguiendo el modelo de la práctica parlamentaria, que lleva implícito el intercambio de ideas y pareceres en búsqueda de objetivos comunes, el programa de cooperación sur-sur triangular “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO” hunde sus raíces en el convencimiento de que la erradicación del hambre en nuestra región es posible si hay voluntad política, y si tiene lugar un fructífero intercambio de experiencias y conocimientos entre los países que, cada uno desde sus circunstancias específicas, sufren este flagelo.

En el marco de este Programa, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y los gobiernos de Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana suman esfuerzos y voluntades en torno a la formulación e implementación de políticas públicas y marcos normativos que ayudan a generar condiciones propicias para la seguridad alimentaria y nutricional de toda la población, y el desarrollo sostenible de las áreas rurales más desfavorecidas en Mesoamérica.

Para acabar con el hambre y la pobreza rural, es fundamental que las políticas públicas y los instrumentos normativos tengan un sólido fundamento técnico, estén basados en evidencias y conocimientos validados, y dispongan de presupuesto para su adecuada implementación. Y los órganos legislativos son actores imprescindibles para lograrlo.

Por ello, “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO” colabora estrechamente con los legisladores que forman parte del Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, una red plural que reúne a parlamentarios procedentes de 21 países de la región que están especialmente comprometidos en contribuir desde sus esferas de responsabilidad a la erradicación del hambre. El Programa les brinda asesoramiento técnico y capacitación, así como facilita procesos de planificación, diálogo y coordinación.

Otra instancia que destaca en la generación de bienes públicos desde el ámbito

legislativo es el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino). Sus leyes modelo sirven de ejemplo y referencia a los parlamentarios de toda la región a la hora de

legislar a nivel nacional.

Fruto de la colaboración entre el Parlatino y “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO”, las cámaras legislativas de la región tienen actualmente a su disposición leyes modelo sobre ámbitos tan relevantes como la agricultura familiar, la pesca artesanal y los sistemas comunitarios de agua y saneamiento, entre otros.

Es también esencial que nuestros legisladores tengan acceso a los resultados de investigación y al conocimiento generado por instituciones académicas. De ahí la importancia de herramientas como la plataforma en línea comunidadparlamentaria.org y entidades como el Observatorio del Derecho a la Alimentación en América Latina y el Caribe, una red conformada por más de 80 universidades de 17 países.

La clave de una cooperación internacional eficaz está en sumar y sumarse. Cuando al firme compromiso político de los poderes legislativos y ejecutivos se unen la decidida apuesta por una cooperación de impacto, como la promovida por el Gobierno de México, y el conocimiento técnico de organismos internacionales como la FAO y otros, es posible hacer frente exitosamente a cualquier reto.

El difícil panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en nuestra región en el contexto de la pandemia de covid-19 hace imprescindible que tomemos en cuenta todas las lecciones aprendidas y aprovechemos todas las buenas prácticas. La relevancia de involucrar al mundo parlamentario en las acciones de cooperación internacional es sin duda una de ellas.

El autor es oficial de Programa de la FAO para Mesoamérica