Recientemente, los miembros del Centro Operativo de Respuesta (COR) de Taboga, realizaron un simulacro como medida de preparación ante cualquier incidencia de derrame en las costas.
Recientemente, los miembros del Centro Operativo de Respuesta (COR) de Taboga, realizaron un simulacro como medida de preparación ante cualquier incidencia de derrame en las costas. Según contó, Juan Diego Reyna, coordinador del COR en una entrevista durante el noticiero Panamá en Directo.
Reyna explicó que se hizo un simulacro Nivel 2 en el que se activó un comando de incidentes, para medir la efectividad del mismo y que las brigadas y operadores estén mejor preparadas ante una incidencia real. “La razón para hacerlo es porque un plan de contingencia operativo no es infalible. La única manera de poder hacerlo efectivo es mediante la práctica y el afianzamiento, un ejemplo reciente fue el derrame que ocurrió en Perú, será muy interesante conocer el caso de estudio sobre los eventos que llevaron al accidente, en muchos casos, una serie de decisiones equivocadas y tardías son la causa que empeora el escenario, y eso ocurre debido a que, aunque los clientes tengan varios planes de contingencia operativos, si no tienen un afianzamiento de esto, entonces las partes se empiezan a ver las caras y demoran incluso en lo más básico, que es a quien llamar”, dijo Reyna.
Manifestó que lo simulacros se utilizan para determinar qué cosas pueden mejorarse. “Siempre se pueden mejorar, ya sea en la parte de equipos, en la parte de personal o en comunicaciones”.
“El anclaje de Balboa es un área de alto tráfico, muy concurrida y eso aumenta el riesgo y la sensibilidad de cualquier emergencia que pueda ocurrir”, señaló.
Por eso se realizan estos simulacros, porque este tipo de incidencias ocurren por múltiples razones: operativas, de las cuales existen todo tipo de normas, planes de contingencia y reglamentaciones, y también pueden ser incidentales. “Lastimosamente ocurre que por no querer cubrir con ciertas obligaciones que tienen los armadores, por ejemplo, el tratamiento de las aguas oleosas, este tipo de descargas ilegales ocurren y por eso Taboga o cualquier zona que sea sensible en lo socioeconómico o ambiental, reciben los impactos de todos estos derrames”.
Reyna insiste en que lo importante es estar preparado. “Una de las razones por las cuales ocurren derrames u otro tipo de emergencias marítimas son las razones climáticas. Por ejemplo, el huracán Otto en 2016, tuvo una incidencia directa sobre el anclaje de Cristóbal y nos dejó un derrame, un salvamento, y un naufragio, donde se perdieron incluso vidas humanas. Para eso como país de mar, debemos estar preparados”.
Precisamente los derrames han sido una de las razones por las que se creó el COR, una iniciativa de la empresa privada, de armadores panameños. “Nos organizamos poniendo inventario, personal entrenado y activos estratégicamente en el área, utilizando embarcaciones situadas en el sitio de defensa para de esta forma poder atender inmediatamente cualquier situación de emergencia”.
Pero, aunque es 100% privada, dice, el estado debe ser un facilitador de estas iniciativas. “En las naciones marítimas de primer mundo, la respuesta a derrames es ejecutada por la empresa privada, el estado es un ente auditor y fiscalizador pero su Rol más importante es el de planificador, el cual debemos ir mejorando en nuestras instituciones.
Otro tema que considera importante y que el país adolece, es el monitoreo. En otros países, la guardia costera se encarga del monitoreo, no solo de las embarcaciones, sino también de cualquier incidencia que pueda afectar el medio ambiente. “El monitoreo es clave para poder prevenir porque muchos de estos derrames ocurren de forma ilegal. Un solo buque tiene muchos puntos de posible contaminación”, concluyó.
