
Brasil registró este lunes 16.207 nuevos casos confirmados y 302 muertes relacionadas al COVID-19 en las últimas 24 horas, con lo que el total de fallecidos se aproxima a las 6,1 millones víctimas, según divulgó el Ministerio de Salud en su más reciente boletín epidemiológico.
Fuente: EFE
El reporte oficial entre el domingo y el lunes en el vecino país, uno de las tres más afectados en el mundo por la pandemia junto a Estados Unidos e India en cifras absolutas, sigue manteniendo números bajos en el promedio móvil de los últimos catorce días que es tenido en cuenta para las estadísticas.
Sin embargo, los fines de semana los números suelen caer por la falta de funcionarios para computar los datos en municipios lejanos, cuyas secretarías locales de Salud no operan el sábado y el domingo y solo hasta el lunes y el martes emiten un informe más consolidado.
Desde el primer contagio, el 26 de febrero, y de la primera muerte, el 12 de marzo, ambos en Sao Paulo, el país suma ahora 6.087.608 casos confirmados y totaliza 169.485 óbitos.
Según el informe, en la nación de poco más de 210 millones de habitantes se han recuperado 5.445.095 pacientes del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, lo que supone el 89,4 % del total de infectados.
Otros 473.028 pacientes se encuentran en acompañamiento médico en hospitales o en sus residencias después de haber dado positivo en las pruebas clínicas.
Así, hasta el lunes, el país registra una tasa de mortalidad de 81 decesos y una incidencia de 2.897 personas infectadas por cada 100.000 habitantes.
El estado de Sao Paulo, el más poblado del país con 46 millones de habitantes y localizado en la región Sudeste, sigue siendo la región con más casos confirmados (1.210.625) y muertes (41.276).
A la expectativa de una segunda ola de contagios, Brasil sigue avanzando en las pruebas a voluntarios y el acercamiento con laboratorios de diferentes países para garantizar la inmunización de su población.
Los estudios de la vacuna contra la covid-19 producida por el laboratorio chino Sinovac llegaron a su fase final en Brasil y el antígeno podría comenzar a ser aplicado el próximo mes de enero, según confirmaron este martes las autoridades del estado de Sao Paulo, patrocinador del experimento en el país.
Argentina registró este lunes 4.625 nuevos casos del coronavirus SARS-CoV-2, con lo que el número total de contagios se elevó a 1.374.631, mientras que las muertes ascendieron a 37.122, tras ser confirmados 120 fallecimientos en las últimas 24 horas.
Fuente: EFE
De acuerdo con el informe diario que difunde el Ministerio de Salud argentino, la provincia de Buenos Aires permanece como el distrito con más casos confirmados hasta el momento (605.968, de los cuales 954 fueron notificados este lunes), seguida por la capital del país, con 156.653 contagios confirmados, 239 de ellos reportados hoy.
En tercer lugar se sitúa la central provincia de Santa Fe, con un total de 138.918 positivos, 1.021 notificados este lunes.
Por otra parte, según informaron fuentes oficiales, hay 1.203.800 pacientes que ya han sido dados de alta, mientras que 4.166 personas con diagnóstico confirmado de COVID-19 permanecen ingresadas en unidades de cuidados intensivos.
El porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva por todo tipo de patologías es del 57,1 % a nivel nacional, pero del 58,6 % si solo se considera Buenos Aires y su populosa periferia.
Hasta el momento, en Argentina se ha realizado un total de 3,69 millones de test para detectar el virus, con una tasa de 81.337 pruebas por cada millón de habitantes.
El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció el pasado 6 de noviembre la continuidad, en principio hasta el próximo día 29, de las medidas sanitarias adoptadas desde el 20 de marzo para hacer frente a la pandemia, aunque introdujo cambios en cuanto a la calificación sanitaria de algunas zonas del país.
El cambio más destacado se ha dado en la región de Buenos Aires y su cordón urbano, que concentra a 15,4 millones de habitantes y que es el área con mayor número de casos de todo el país, pero que en las últimas semanas comenzó a desacelerar la curva de contagios.
La región metropolitana de Buenos Aires se encontraba bajo la categoría de aislamiento social preventivo y obligatorio desde el 20 de marzo y desde el 6 de noviembre ha pasado a estar bajo la categoría de distanciamiento social preventivo y obligatorio, lo que habilita a reanudar varias actividades, aunque manteniendo los protocolos de prevención.
El Gobierno decidió que otras diez zonas del país, donde la tasa de contagios está estable o en crecimiento, permanezcan bajo la categoría de aislamiento social preventivo y obligatorio.
Los positivos habían llegado en Argentina a un récord diario de 18.326 el pasado 21 de octubre pasado. EFE
La vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la universidad inglesa de Oxford con la farmacéutica AstraZeneca ha demostrado una eficacia de hasta el 90 %, es relativamente barata y se conserva fácilmente, lo que facilitaría su distribución a nivel global.
Fuente: EFE
La reacción de la Bolsa de Londres tras el anuncio de AstraZeneca fue a la baja y al cierre de los mercados, las acciones de la farmacéutica británica han estado entre las que más han caído este lunes, con un retroceso del 3,81 %.
Con ella ha ocurrido lo contrario de con otras vacunas competidoras, como la de la alianza entre la farmacéutica estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech con una efectividad superior al 90 % y la biotecnológica, también de EEUU, Moderna, que elevó hasta el 94,5 %, y que fueron recibidas por los mercados con subidas importantes.
La vacuna de Oxford tiene un menor costo y condiciones más favorables de almacenamiento, transporte y logística, factores que facilitarían su distribución a nivel global, lo que permite, según señalaron los expertos, que se eleven las expectativas de que puedan comenzar a adoptarse planes de vacunación en los próximos meses.
Ello también permitiría suavizar previsiblemente las medidas de restricción de la movilidad antes de lo previsto, señaló Andrés Aragoneses, analista de Singular Bank.
"Un hecho que mejoraría las perspectivas de recuperación económica, especialmente de los sectores más afectados por la pandemia", añadió Aragoneses.
Los investigadores y la empresa sueco-británica explicaron este lunes que los resultados preliminares de la tercera fase de las pruebas clínicas, que se suman a los datos anteriores que indicaron que el preparado es seguro para personas de edad avanzada y genera una respuesta inmune en todos los voluntarios.
En la Fase 3, el equipo liderado por Andrew Pollard y Sarah Gilbert halló que, en un grupo de 24.000 voluntarios en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, hubo 131 casos de covid: 30 en personas que habían recibido la vacuna, llamada ChAdOx1 nCoV-2019, y 101 en el grupo de control al que se administró una inyección inocua.
EL RESULTADO VARÍA SEGÚN LA DOSIS
Según señalan en un comunicado, esto significa que la vacuna ofrecida en dos dosis, preparatoria y de refuerzo, es efectiva en una media del 70,4 %, si bien la variación en la cantidad de cada dosis incide en el resultado.
Así, cuando se administra media dosis seguida de una dosis completa, el nivel de eficacia de la vacuna asciende al 90 % -además de que parece reducir la transmisión- y desciende al 62 % cuando los voluntarios reciben dos dosis enteras del antídoto, que se elaboró a partir de la modificación genética de un virus común de resfriado que afectaba a chimpancés.
El ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, adelantó hoy que la Agencia reguladora de medicinas y productos sanitarios (MHRA, en inglés) analizará en breve, con vistas a aprobarla, la dosificación que ofrece la máxima protección y que ha generado gran entusiasmo entre la comunidad científica.
En el comunicado, Pollard destaca que uno de sus "regímenes de dosificación podría ser efectivo en aproximadamente un 90 %" y, si se usara esa pauta (media dosis más una entera), "más gente podría ser vacunada con el suministro de la vacuna planeado".
En una presentación posterior a la prensa, reconoció que ese resultado, extrapolado de un grupo de 3.000 voluntarios, requiere de más análisis, aunque aventuró que podría deberse a que una dosis más baja de entrada "prepara mejor" al sistema inmunológico de cara a una siguiente dosis completa.
"Lo que no sabemos en este momento es si la diferencia radica en la calidad o en la cantidad de la respuesta inmune", afirmó, para añadir que su equipo examinará esta incógnita en las próximas semanas.
MÁS BARATA Y FÁCIL DE TRANSPORTAR
El director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, declaró que el régimen que ofrece una eficacia del 90 % "es una buena noticia", porque, al utilizarse menos preparado, significa que más gente podría ser vacunada antes.
Consideró que los datos estadísticos disponibles, aunque limitados, son suficientes para que esta dosificación reciba la aprobación de los reguladores dentro y fuera del Reino Unido, que podrían aceptar eventualmente varios programas con la misma vacuna.
La vacuna de Oxford y AstraZeneca se suma a las anunciadas por Moderna y Pfizer-BioNTech, mucho más caras de fabricar y que requieren una refrigeración a baja temperatura que hace difícil su comercialización y distribución sobre todo en países de bajos ingresos a nivel mundial.
AstraZeneca dijo hoy que prevé tener unos 700 millones de dosis de su vacuna para el próximo marzo y reiteró su compromiso, junto con la universidad de Oxford, de ofrecerla sin ánimo de lucro durante la pandemia y de forma permanente, después, para los territorios más pobres.
Los anuncios de las farmacéuticas Moderna, Pfizer/BioNtech y AstraZeneca, los de esta última en colaboración con la Universidad de Oxford, sitúan el uso de las vacunas contra el COVID-19 un paso más cerca, pero ¿en qué se diferencian estos proyectos en fase III? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?
Fuente: EFE
Aunque hay cientos de proyectos en marcha, son estas tres candidatas a vacuna las que han tomado la delantera. Sus resultados de eficacia ofrecen esperanzas, pero la comunidad científica coincide en que aún hay que ser prudentes y cautelosos porque se trata de datos provisionales y quedan muchos detalles por desvelar.
En la actualidad hay 260 proyectos para generar vacunas contra el SARS-CoV-2, coronavirus que está detrás del COVID-19, en laboratorios de todo el mundo y, a día de hoy, 56 se encuentran en etapa de validación clínica, en un total de 109 ensayos. La última en dar a conocer sus resultados en fase III ha sido AstraZeneca.
La vacuna desarrollada por la Universidad inglesa de Oxford y esta compañía tiene una eficacia media del 70,4 % (dependiendo de las dosis, la efectividad oscila entre el 62 % y el 90 %), según los resultados preliminares difundidos este lunes por el consorcio.
Estos datos difieren de la efectividad del 94,5 y 95 % anunciada por Moderna y Pfizer, respectivamente. Se trata, todos ellos, de resultados de ensayos clínicos en fase III, la última de las etapas.
Los ensayos clínicos tienen tres fases más una cuarta de revisión aplicable solo cuando el fármaco o vacuna ya tiene la aprobación de las agencias reguladoras y está en el mercado. Cada una de las etapas de un ensayo está diseñada para responder a unas preguntas.
En este caso, se está comprobando si la inmunización protege de verdad a la población frente a la exposición del patógeno. Las agencias reguladoras han comenzado a examinar los resultados en fase III, aunque ninguno se ha publicado en revistas científicas.
LOS PROYECTOS DE PFIZER Y MODERNA, PARECIDOS TÉCNICAMENTE
Los tipos de vacunas en desarrollo son variados y utilizan distintos mecanismos para enseñar a nuestro sistema inmunológico a reconocer al virus con antelación, para que sea capaz de producir los elementos necesarios para combatirlo en caso de infección.
Las candidatas de las estadounidenses Pfizer y Moderna -esta en colaboración con los institutos de salud de ese país- son bastante parecidas y están sustentadas por tecnologías que no se habían utilizado hasta ahora, por lo que no hay precedentes sobre qué esperar de ellas.
Ambas están compuestas a partir de ácidos ribonucleicos mensajeros (ARNm), una técnica con la que se puede inyectar en el cuerpo las instrucciones o moléculas que inducen a las células a producir unas determinadas proteínas. En este caso, estos ARNm se utilizan para producir la proteína S (Spike) del SARS-CoV-2, la llave que el coronavirus necesita para entrar en la célula.
En los dos casos el ARN mensajero está encapsulado en nanopartículas de lípidos con el objetivo de hacerlo llegar al interior de las células del cuerpo humano para que éstas sinteticen la proteína S y la reconozcan, generándose así una respuesta inmune.
Tanto la mRNA-1273 (Moderna) como la BNT162b2 (Pfizer junto con la alemana BioNTech) han funcionado con dos dosis.
La británica, denominada ChAdOx1, usa sin embargo otra técnica, un virus vector, que es una versión atenuada de un adenovirus de chimpancé -resfriado común- que ha sido genéticamente modificado para impedir su replicación en humanos. También el virus se ha transformado para que exprese la proteína Spike del SARS-CoV-2.
Un dato sobre esta que aún los investigadores de Astrazeneca y la Universidad de Oxford no han podido explicarse es por qué la efectividad de la vacuna subió al 90 % en un grupo de voluntarios a los que se dio media dosis inicial seguida de una dosis completa.
Puede deberse a que una dosis más baja de entrada “prepara mejor” al sistema inmunológico de cara a una siguiente dosis entera, aunque los científicos, que lo siguen investigando, aún no saben si la diferencia radica en la calidad o en la cantidad de la respuesta.
Aunque la eficacia de la candidata británica es aparentemente menor -a la espera de la explicación que sustenta ese 90 %-, es difícil compararla con las vacunas de ARNm, porque esta última tecnología es muy nueva y no hay precedentes de su potencia real, señala a Efe la viróloga española del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) Isabel Sola, también inmersa en el desarrollo de una vacuna.
No obstante, apunta, al no ser tan nueva la tecnología, la producción a gran escala de la de Oxford está más establecida.
LA BRITÁNICA, MÁS BARATA Y FÁCIL DE CONSERVAR
Además, su conservación es más sencilla: esta puede almacenarse a temperatura de refrigerador, entre 2 y 8 grados centígrados.
Aquí está la principal diferencia entre las tres. Las candidatas de sus competidores estadounidenses necesitan temperaturas bajo cero para mantener el compuesto durante varios meses, aunque la de Pfizer lo tiene, en este caso, más difícil: su conservación a largo plazo precisa de una cadena de frío extrema, de entre -70 y -80 grados.
La de Moderna, sin embargo, podría aguantar 30 días a entre 2 y 8 grados y seis meses a -20 grados.
En los precios también hay diferencias. La más barata parece que podría ser la de Oxford (unos 3 euros por dosis/3,5 dólares), seguida de la de Pfizer (unos 16 euros la unidad/18,9 dólares) y la de Moderna (unos 20/30 euros, entre 23,6 y 35,4 dólares).
POR QUÉ ES IMPORTANTE PUBLICAR LOS RESULTADOS
Hay todavía preguntas fundamentales por responder. Por ejemplo, son necesarios más datos sobre su eficacia en los distintos grupos de edad, en particular en los mayores de 65 años y si en ellos impide la infección o, en su caso, reduce la severidad de la covid.
De ahí la importancia de la publicación de los resultados, lo que contribuye, afirma Sola, a la transparencia del proceso.
“Con independencia de que las agencias reguladoras sean las responsables de la revisión de los datos para aprobar o no su uso, el hecho de que la comunidad científica tenga acceso a la información objetiva permite reforzar el proceso de evaluación. Desde las publicaciones científicas los datos se hacen públicos y accesibles a toda la sociedad y eso siempre es positivo”, resume.
La competencia está claro que existe entre las tres farmacéuticas, aunque todas han seguido lo establecido en sus ensayos; otra cosa -dice Sola- es que hayan elegido los tiempos de las notas de prensa para conseguir mayores beneficios en todos los órdenes.