El lunes 26 de septiembre será una fecha histórica, pues Venezuela y Colombia abrirán las fronteras, después de 7 años de mantenerlas cerradas, motivado a la crisis diplomática que toca fin con la llegada del presidente Gustavo Petro, finalizando así una página oscura de la historia de las relaciones bilaterales.
Necesario recordar que el ex presidente Iván Duque, quien se convirtió en un títere del imperio norteamericano, cedió territorio colombiano para apoyar los intentos de invasión a Venezuela, permitió alojar y entrenar mercenarios, organizar guarimbas y atentados contra el presidente Nicolás Maduro.
Realizó llamados a los efectivos de las Fuerzas Armadas para que desertaran, y junto a la oposición, apoyó las sanciones y bloqueos.
La noticia de la apertura de la frontera mantiene animados a diversos sectores, especialmente a los comerciantes.
Mi padre, José Vicente Rangel Vale, apasionado del tema colombo-venezolano, señalaba que las autoridades de ambos países saben que se necesitan mutuamente y deben cuidar las relaciones de lado y lado, reconociendo que es un contacto complejo y difícil, especialmente en la frontera donde se mantienen mafias del narcotráfico, paramilitares, guerrilla, entre otros grupos irregulares, por lo cual se requiere revisar la política exterior y planificar objetivos en común, pero hasta vamos bien, adelante Venezuela y Colombia.
