Dominican Republic
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Turismo Inteligente en República Dominicana: el papel del blockchain

En un rincón del Caribe existe un lugar especial. Una tierra que lo tiene todo. Primada de América, con playas de aguas cristalinas, ricas en historia y cultura. Su gente, seres de exuberante alegría y hospitalidad innata, cautivan a todo visitante que tenga la dicha de conocerlos. Un paquete de experiencias únicas envuelto en una vibrante cultura caribeña, hecho a la medida para compartirlo con todo el mundo.

Esta es la identidad de la República Dominicana, marca reconocida a nivel global. Solo mencionarle a un extranjero las iniciales RD y ya probablemente esté pensando en la playa o Punta Cana. Durante las últimas 3 décadas, el país se ha consolidado como un destacado destino turístico y su historia contemporánea no puede entenderse sin mencionar a su actor principal: El Turismo.

La mina de oro sin fin
Este es uno de los pilares que definen qué es la República Dominicana en la actualidad. Desde el empujón inicial, el sector no ha parado de fungir su rol de motor económico del país. Se ha vuelto un móvil perpetuo del cual nos hemos apoyado para generar una prosperidad inédita hasta la fecha.

Para tener una idea de lo entrelazado que son el turismo y el bienestar nacional, en el año 2019, el sector turismo aportó un 15.9% al PIB nacional, véase unos 14,390 mil millones de dólares y empleaba a cerca de 800,000 dominicanos. Viendo el rol tan importante que juega el turismo para la prosperidad del país, asegurar su rendimiento a largo plazo debe ser una prioridad nacional. Para esto, es necesario entender las amenazas que pueden colapsar la mina de oro que tanto hemos aprovechado.

Suenan las alarmas
La pandemia del COVID-19 y el subsecuente aislamiento, nos mostró que tan frágil es el turismo como motor económico. Durante el confinamiento, el turismo mundial cesó por completo, creando una crisis nacional. La contribución del turismo al PIB nacional se redujo en un 55% y muchos dominicanos, 200,000 aproximadamente, cuyos trabajos estaban vinculados a dicho sector, perdieron sus empleos.

Para el año 2021 los efectos del confinamiento aún eran evidentes. Sin embargo, el país a ese punto había logrado una recuperación admirable ante los retos propuestos por la pandemia. Aun así, esto debe servir de advertencia. Que nuestra nación pueda recuperarse de los efectos de un año sin turismo no garantiza que sea capaz de soportar otro periodo en el cual la contribución de su sector económico más importante se vea reducido a la mitad. El confinamiento duró solamente un año, ¿que habríamos hecho si se extendiera por uno o dos años más?

Que algo pueda cambiar de manera tan fundamental la forma en que el turismo opera, puede verse como alarmista, después de todo la pandemia fue un evento que nadie había esperado. Sin embargo, en el horizonte, la amenaza del cambio climático puede generar un efecto mucho más grave que las peores consecuencias de la pandemia.

La República Dominicana es uno de los países que será más afectado por los efectos del cambio climático. Solo debemos observar el daño que lugares como Puerto Rico, Haití o Las Bahamas han sufrido en los últimos años, debido al aumento en cantidad y severidad de tormentas, sequías y otros fenómenos vinculados al clima. El cambio climático pone en riesgo nuestra biodiversidad y ecosistemas, especialmente en las zonas costeras y playas del país, que son uno de los principales atractivos turísticos.

Ante esta situación, se debe de considerar como el país puede afrontar los desafíos que le esperan en el futuro. Entre esta neblina de incertidumbre, la tecnología puede ser nuestra guía.

Turismo tecno-caribeño
El turismo inteligente consiste en crear destinos turísticos con servicios, experiencias y productos basados en nuevas tecnologías. Entre estas, el blockchain y los activos virtuales representan una alternativa que, si se implementan correctamente, podrían reinventar el turismo como lo conocemos. Combinando las maravillas naturales y el trato de su gente con un poco de ingenio tecnológico, la República Dominicana puede ser pionera en esta metodología y desarrollar una oferta única en el mundo.

Estas tecnologías pueden impactar el turismo en 4 áreas claves: Digitalización, Automatización, Desintermediación y Entorno Inteligente.

La digitalización permite convertir el ecosistema físico del turismo a uno digital y así gestionarlo virtualmente. Se ha observado que mientras más digitalizado está un determinado mercado turístico, más resiliente es ante eventos adversos, como pasó con el COVID. Mediante la digitalización, los turistas no dependen de dinero extranjero al permitirle pagar con activos virtuales como Bitcoin. En unos años, de igual forma que podrías tener un tour virtual de un apartamento, una mayor digitalización apoyada en avances de realidad aumentada y del metaverso, te permiten visitar los hoteles que quisieras conocer desde la comodidad de tu hogar. Y todo esto sin mencionar cómo ayudaría a digitalizar los procesos de hoteles y otros proveedores turísticos.

La automatización mejora la eficiencia y productividad. Gracias a los contratos inteligentes (que son como tratos digitales que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen los requisitos) los sistemas de blockchain pueden implementar funcionalidades de reembolso automático para los turistas si su habitación no está disponible, por ejemplo. Además, cosas como las llaves de las habitaciones que siempre está pendiente de no perder serán cosas del pasado. Con algo tan simple como un token o código QR podrá acceder a su habitación.

La desintermediación ayuda a empoderar al turista. Gracias a que el blockchain puede registrar la información de manera transparente y que es accesible para todo el mundo, se promueve una mayor confianza entre los usuarios. Esta confianza le permite al turista acercarse a nuevas ofertas que no estuvieran disponibles como proveedores o anfitriones locales. Por ejemplo, si el turista tiene hambre, en vez de quedarse limitado al hotel, podría buscar una mayor autenticidad cultural y degustar unas buenas empanadas por una fracción de lo que pagaría en el hotel en que se aloja. Esto beneficia tanto a la experiencia del turista como a la economía del productor local. Después de todo, los beneficios del turismo deben de estar disponibles para todos y si utilizando esta tecnología podemos incluir a aquellos que más lo necesitan y que representan lo más puro de nuestra cultura, sería una excelente relación ganar-ganar que se puede fomentar.

Finalmente, acerca del entorno inteligente, el blockchain y los activos virtuales pueden crear nuevas experiencias y funcionalidades que enriquezcan el entorno del turista. Conceptos como “él gana por viajar” (Travel to earn), incentivan a los usuarios en forma de recompensas por completar actividades como reservar un viaje o servicio en una zona poco visitada, compartir una reseña de su experiencia en el sitio web, o incluso por visitar frecuentemente un mismo destino. Estas recompensas pueden variar desde vuelos, alojamientos y otras experiencias de hospitalidad ya existentes. Así se incentiva al viajero a continuar para obtener el máximo beneficio, generando una fidelización del turista con el destino como si fuera un cliente yendo a su tienda favorita.
El futuro no se va de vacaciones

Ante un futuro incierto, debemos prepararnos. Nuestra tierra y cultura son nuestras ventajas competitivas, pero no tenemos asegurado que ese paraíso tropical perdure por siempre. Sin embargo, aunque pierda el lustre natural de años anteriores, podemos producir una oferta que sea única en términos de su innovación y además, que genere una fidelidad entre el turista y su destino, para que siga deseando invertir en este vínculo con futuras visitas. El futuro es para aquellos que lo construyen, ya tuvimos la suerte de ser colocados en un paraíso. Ahora es el tiempo de animarnos a crear uno por nuestra cuenta.

Redactado por: Ian Franjul Mejía · Revisado por Umami Creadores