En diferentes comunidades del estado Barinas, las familias siguen y disfrutan de la celebración de la Paradura del Niño, una costumbre propia de la región andina, que se ha extendido por los llanos venezolanos.
Aunque la tradición de la fiesta es hasta el 2 de febrero, día de la Virgen de La Candelaria, en muchos sectores de Barinas se realiza durante todo este mes de febrero, porque la importancia radica en exaltar el hecho de que ya el Niño Jesús puede pararse.
La iglesia católica organizó en cada parroquia la festividad, sin embargo es un legado en el que cientos de familias desarrollan diversas actividades en sus comunidades para esta celebración.
Además, es costumbre que se haga el festejo en instituciones públicas, empresas y organismos. Como el caso del Consejo Legislativo del estado Barinas, alcaldía, Consejo Nacional Electoral, entre otros, donde se hizo la festividad esta semana.
La paradura en Barinas
La fiesta tiene muchas variantes, porque en cada zona se realiza de acuerdo a sus creencias, tradiciones y posibilidades. Por lo general, se ejemplifica el robo del niño Jesús, para que las personas se reúnan a buscarlo.
«También es común que se canten villancicos, se realice una procesión, se hagan oraciones, el rosario y comidas tradicionales», mencionó Catalina Saenz, habitante del sector Mijagua, municipio Barinas.
Saenz manifesta que «lo más bonito es sentir, en medio del festejo, la presencia de Dios y la alegría de estar con Él».
Las paraduras al estilo llanero vs andinas
Saenz relata que existen diversos estilos para hacer la celebración, pero afirma que las paraduras andinas son más «bochinqueras» que las llaneras.
Por su parte, Yudith López, residente del sector Llano Alto, en la capital del estado llanero, tiene 29 años con la tradición como una manera de rendirle tributo al hijo de Dios.
Para López la paradura representa el regocijo que deben sentir los cristianos católicos al renovar el nacimiento de Jesús vivo en ese pesebre.
«El Jesús que nos ama, nos guía que da vida a nuestras familias, simboliza la unión de la familia de Nazareth que es el ejemplo vivo de la humildad, sencillez, unión, que se renueva cada año delante de Dios».
