Finalmente, el Gobierno atendió a las protestas de sus educadores de todos los niveles y así anunció el pago del bono vacacional de manera oportuna y no fraccionada. Se recordará que su primera oferta había sido pagar sólo 30% este año y el resto el año próximo. La rectificación gubernamental es justa y sensata, porque los ingresos del magisterio se han reducido muchísimo y el bono vacacional es esperado para poder equilibrar un poco los gastos básicos del hogar. Pero ello no resuelve el problema de fondo, el cual es que la crisis multicausal que vivimos ha impactado fuertemente en el nivel de vida de las y los docentes.
Y todos perdemos si maestras y maestros no pueden subsistir dignamente con su sueldo. Estamos hablando de nuestro presente y de nuestro futuro a lo largo de los próximos treinta años, por lo menos. Necesitamos tener un buen sistema educativo, necesitamos que los niños, niñas y adolescentes de nuestro país cuando se dirijan a su escuela encuentren un local en buenas condiciones, un aula con recursos para el aprendizaje y, lo fundamental, un docente bien preparado y cuya labor sea retribuida de acuerdo a su importancia.
Igualmente, en nuestras universidades, las y los jóvenes que a ellas llegan con ilusión necesitan hallar profesoras y profesores de sólida formación e intensamente dedicados a la enseñanza, la investigación y la acción social o extensión. Para lograrlo, en el caso del sistema público, el Gobierno tiene que invertir: no es barato.
Reconocemos la dura situación que vive nuestra economía: la producción de nuestro recurso clave, el petróleo, sólo alcanza a unos setecientos mil barriles diarios, cuando llegó a pasar de tres millones. Junto a ello, y a causa de las “sanciones”, debemos venderlo con grandes descuentos. Es así que Gobierno y oposiciones deberían llegar a acuerdos con urgencia, los cuales puedan abrir la puerta a mayores ingresos del Estado, a fin de dedicarlos a salud, agua, electricidad, educación… Hablamos de tratar juntos de que sea posible vender libremente petróleo, a precio de mercado, y destinar el ingreso a un fondo manejado en común, con apoyo de organismos internacionales. También del uso consensuado de activos represados en el exterior. No es momento de parsimonia y regateos entre los sectores políticos del país.
Twitter: @AuroraLacueva
