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EEUU volvió a aumentar tipos de interés para contener inflación

La FED busca aumentar el empleo y una inflación de 2%, aunque llegó al tope de la deuda

La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos acordó este miércoles una subida de 0,25 puntos los tipos de interés, que se situarán ahora en una horquilla entre el 4,5 y el 4,75%, en un nuevo intento para contener la inflación, reseñan agencias.

Se trata de la octava subida consecutiva de tipos desde el mes de marzo y con esta horquilla se sitúa en su máximo en 15 años.

«Si bien los desarrollos recientes son alentadores, necesitaremos mucha más evidencia para estar seguros de que la inflación se mantiene a la baja. Todavía hay que seguir trabajando, queda trabajo por hacer», defendió el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, antes de recalcar que el objetivo es alcanzar una tasa de inflación del 2% en una rueda de prensa.

En diciembre, el mercado de trabajo estadounidense creó 223.000 empleos y el paro bajó dos décimas hasta el 3,5%, según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.

A través de esa medida, la FED procura recupera el nivel mínimo de empleo alcanzado antes de la pandemia y que, también, supuso su menor tasa en varias décadas.

El comunicado de la FED todavía avisa de más aumentos en los próximos meses, reseñan medios especializados, el aumento continuará hasta someter la inflación a 2%, que es el objetivo de esa oficina.

«El -Comité de Mercado Abierto- tiene como objetivo lograr un máximo de empleo y una inflación del 2% a largo plazo. En apoyo de estos objetivos, el Comité ha decidido elevar el rango objetivo para la tasa de fondos federales a 4,50-4,75%», reseña el comunicado emitido por la Reserva Federal.

Otra vez el techo de la deuda

Respecto a la situación inflacionaria y los apuros financieros que enfrenta la mayor economía del orbe, que el pasado jueves 19 de enero alcanzó su límite de deuda, que era de 31,4 billones de dólares, la FED se ve presionada para aplicar medidas que podrían parecer truculentas y arriesgadas.

En tal sentido, un artículo de Prensa Latina refiere cómo ese país, nuevamente en medio del drama del mencionado techo de la deuda, recurre a esas medidas extraordinarias que «si bien evitarán de momento el golpe del impago afectarán, entre otros, servicios internos y fondos de jubilación de funcionarios federales».

El artículo de Deisy Francis Mexidor señala que, una vez llegado al «límite legal» de endeudamiento, el Departamento del Tesoro de EEUU, para impedir que el país incumpliera sus obligaciones, anunció «ciertas medidas extraordinarias” anunciadas por la secretaria de esa cartera, Janet Yellen.

En una carta dirigida a los congresistas, la jefa del Tesoro recordó que el techo de la deuda es una ley federal que establece la cantidad total de dinero que el gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus compromisos legales.

Esos fondos permiten pagar subsidios del Seguro Social y Medicare, los salarios del ejército y los intereses sobre la deuda nacional, por citar algunos ejemplos, y contrario a ciertas percepciones públicas, elevar ese techo no autoriza al ejecutivo a gastar más.

Es en el Capitolio donde cada año se decide el proceso presupuestario, y los legisladores votan sobre los proyectos de ley de gastos.

A partir de 1917, también se impuso un coto legal al monto total de deuda que la Casa Blanca puede asumir, por lo que el límite solo autoriza al Tesoro a realizar pagos sobre gastos que el Congreso ya aprobó.

En caso de un default (que el país no cuente con dinero líquido, o sea, en efectivo, para hacer frente a su deuda) se crearía un pánico financiero de consecuencias catastróficas.

Hace 12 años, Estados Unidos estuvo al borde del precipicio, lo cual llevó a la agencia Standard & Poor’s a rebajar la calificación de solvencia del país.

En su misiva del 13 de enero, Yellen, escribió: “es poco probable que el efectivo y las medidas extraordinarias se agoten antes de principios de junio”.

Tiempo que, para algunos observadores, debe conducir a demócratas y republicanos a ponerse de acuerdo en el Congreso y alejar así el peligro de que Estados Unidos se precipite hacia una crisis económica de largo alcance.

El asunto será fuente de airados debates políticos en el Capitolio debido a la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.

Pedir para seguir pagando

El presidente de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, pidió iniciar de inmediato las negociaciones sobre los posibles recortes de presupuesto que busca su formación si se pretende subir el límite de la deuda.

Sin embargo, el gobierno de Joseph Biden la comparó con una toma de rehenes de la economía estadounidense.

“¿Quién quiere poner al país bajo cierto tipo de amenaza en el último minuto del límite de deuda?”, preguntó McCarthy al pedir un cambio de “comportamiento en este momento” para poder negociar, lo que descartó la Casa Blanca.

Estados Unidos aumentó el techo de la deuda 78 veces desde 1960 y desde 2001 el gobierno gastó más de los ingresos que genera a través de impuestos y tarifas.

De ahí que pide dinero prestado para cubrir la brecha de financiación que le posibilite seguir pagando una variedad de programas y agencias federales, entre ellos el Seguro Social, las retribuciones al Ejército y el Medicare para los jubilados.

El Tesoro recauda esos fondos a través de la venta de valores que devengan intereses, como los bonos.

Justo entre las medidas extraordinarias que informó Yellen está la suspensión temporal de las contribuciones a los fondos para jubilación, incapacidad y salud de los empleados federales, y quedarán en pausa la reinversión de bonos de próximo vencimiento en las cuentas de ahorro para el retiro de los trabajadores del gobierno.

Al aplicar ambas acciones, el ejecutivo puede reducir la cantidad de deuda pendiente, lo que permitiría al Departamento del Tesoro seguir financiando las operaciones gubernamentales, acotó Yellen al explicar que en las últimas décadas se recurrió a esas medidas extraordinarias cuando fue necesario.

De acuerdo con registros históricos, a ese recurso se acudió por primera vez en 1985 y desde entonces se implementó en al menos 16 ocasiones, según la Comisión para un Presupuesto Federal Responsable, órgano dedicado a la supervisión fiscal.

Pero el límite se introdujo en 1917 para permitir que el gobierno vendiera más bonos durante la Primera Guerra Mundial y se elevó reiteradamente.

En 1979, el congresista Dick Gephardt introdujo una regla de procedimiento que consideraba que el techo de la deuda se elevase automáticamente cada vez que se aprobase el presupuesto, lo cual fue derogado en 1995 cuando la denominada “Revolución Republicana” dirigida por Newt Gingrich.

Tal hecho sustentó los futuros choques entre partidos protagonizados en los últimos años.

Vale echar un vistazo atrás, cuando en 2011 Estados Unidos estaba próximo a sobrepasar el límite de la deuda y la Cámara de Representantes, entonces de mayoría republicana, solicitó al presidente Barack Obama recorte de gastos a cambio de elevar el techo del endeudamiento, algo similar a lo que exigen hoy, refiere el texto.

A sólo dos días de que el Departamento del Tesoro diera a conocer su estimación sobre el agotamiento del dinero, los republicanos aceptaron elevar el techo a cambio de una poda a los gastos. Hasta ahora Biden y los demócratas rechazaban negociar con sus adversarios el tema del límite de la deuda nacional.

Pero el mandatario estadounidense y McCarthy comenzaron a dialogar sobre los recortes presupuestarios que exige como condición el Partido Republicano para elevar ese límite.

Mientras, las tensiones se mantienen en el Congreso, aparece la sombra de un default y la volatilidad podría dispararse en Wall Street.