Venezuela
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El antiimperialista Andrés Bello

El 29 de noviembre de 1781 nace en Caracas el Libertador Intelectual de América: Andrés
Bello. En 1833 publica Principios de derecho de jentes, en el que habla de autodeterminación de los pueblos y soberanía: “La independencia de la nación consiste en no recibir leyes de otra, y su soberanía en la existencia de una autoridad nacional suprema que la dirige y representa”. Sobre la independencia de la que deben gozar las nuevas repúblicas americanas gracias a la doctrina bolivariana y no a la doctrina Monroe, Bello nos dice: “De la independencia y soberanía de la naciones se sigue que a ninguna de ellas les es permitido dictar a otras la forma de gobierno, la religión, la ad- ministración que esta debe adoptar, ni llamar la cuenta por lo que pasa entre sus ciudadanos, entre el gobierno y los súbditos”.

Sobre las ansias expansionistas y la actitud bélica de las potencias europeas y norteamericanas, Bello explica: “El soberano que emprende una guerra injusta, comete el más grave, el más atroz de los crímenes, y se hace responsable de todos los males y horrores consiguientes: la sangre derramada, la desolación de las familias, las rapiñas, violencias, devastaciones, incendios son obra suya”. Para Bello, “Las intervenciones que tienen por causa o por pretexto el peligro de un contagio revolucionario han sido siempre funestas, efímeras en sus efectos, y rara vez exentas de perniciosos resultados”.

Sobre el hegemón del modelo civilizatorio occidental, Bello expone: “En la república de las naciones, hay una aristocracia de grandes potencias, que es en la que de hecho reside exclusivamente la autoridad legislativa; el juicio de los Estados débiles ni se consulta, ni se respeta”. Bello se opone a estas confederaciones imperiales ya que imponen “una intervención demasiado frecuente y extensa en los negocios interiores de los otros Estados”, en este sentido, aclara Bello, “aceptarlas implicaría una supremacía irreconciliable con los derechos de soberanía de los demás Estados y con el interés general que traería los más graves inconvenientes”.

Sobre la defensa integral de la Patria, Bello manifiesta: “No hay duda de que cada nación tiene derecho para proveer a su propia conservación y tomar medidas de seguridad contra cualquier peligro. Pero éste debe ser grande, manifiesto e inminente para que nos sea lícito exigir por la fuerza que otro Estado altere sus instituciones a beneficio nuestro”.