Venezuela
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Encontramos a Beethoven, gracias a las redes sociales

El 10 de diciembre, regresaba de comprar unas entradas para el Cascanueces y por la bomba de Plaza Venezuela, veo a un perro y digo dentro de mí: es idéntico a Beethoven, juraría que es mi perro. Yo iba en una camionetica y seguí.

Lo que jamás imaginé, es que sí, era mi perro, era Beethoven. ¿Pero cómo llegó hasta allí? Así comienza mi peor pesadilla. Llegué a casa y él no estaba. Lo busqué por todos lados y corrí a la calle, pero no estaba. Se había escapado.

Lamentablemente, él estaba acostumbrado a escaparse y nosotros a buscarlo, se manejaba bien en la calle, pero no debía estar en la calle, él tenía su casa. Pero aun así, se escapaba. Así que empecé a preguntarle a los vecinos.

Una vecina me dijo, que lo vio yendo hacia la estación del Metro, otra me dijo que lo vio siguiendo a otra vecina, la conclusión: Beethoven se montó en un tren rumbo a Zona Rental. 

Según me cuentan, la señora lo sacó del vagón, pero él entró por la otra puerta, siguiéndola. Ella llegó a su destino y Beethoven se perdió. 

Este es el cartel que se didundió después de la navidad. No tenía 13 años, tiene 6

Calculando las horas que comenta la vecina y la hora en la que yo estaba por Plaza Venezuela, definitivamente, era él. Encontrarlo, era lo que quería, pero tenía cierre de actividades y alternaba mis tareas, con su búsqueda.

Corrimos a buscarlo a cuanto lugar nos decían que había un perro parecido, pero nada, ninguno era Beethoven. 

Yo siempre quise tener un perro, pero mi mamá decía que yo aun era muy joven y que era una responsabilidad, pero finalmente fuimos juntos a adoptarlo en 2016 a una jornada de Misión Nevado.

Se llamaba Toby, pero un señor me preguntó en a calle:¿cómo se llama el perrito? y yo le contesté Toby, pero con el ruido de la calle, el señor entendió Beethoven y para ser sincera, nos gustó mucho más. Así que se llamó Beethoven.

Beethoven, es mi hermano, mi perro, mi amigo, saber que era él en la bomba de gasolina de Plaza Venezuela y tener esa corazonada de que era él y no haberme bajado de la camioneta, me retumba en la cabeza. Pero ese evento, vino a darnos una lección.

Hicimos un cartel, compartimos en los grupos, en Facebook, pero no obtuvimos respuesta, era difícil, porque él toma pastillas para soportar los fuegos artificiales y él solo en la calle, en pleno diciembre, era terrible imaginarlo.

Pasamos la Navidad sin él, aterrados, pensando en mil cosas que pudieran pasarle, lo buscamos en moto, en carro, a pie, ofrecimos recompensa y nada. La primera Navidad sin tenerlo. No se lo deseo a nadie.

Una amiga de la familia nos pidió fotos y los datos de cómo se había perdido, dónde y cómo, así de pronto, todos estaban buscando a Beethoven. Estaba en todos los grupos, estaba en redes sociales y muchos se dedicaron a difundirlo. 

Esta fue la foto que recibimos, ahí estaba en el parque Aruflo en La Floresta, Chacao

Quiero aprovechar para agradecer a todos los que apoyaron y nos ayudaron en la búsqueda de nuestro tesoro perdido: Beethoven. 

Recuerdo que el 27 de diciembre recibimos unas fotos de un perro en un parque de la Floresta. Era él, indiscutiblemente era él. Y el 28 otra vez, nos envían esas fotos en el parque.

Había resistido la calle y una señora preciosa que Dios la bendiga siempre, nos contó que lo estaba alimentando. Por lo menos comía, en la calle cualquier cosa podía pasarle.

Lo cierto es que ese mismo día en la noche, el 28, creo que pedimos tanto que apareciera, que todo el universo conspiró para que Beethoven mostrara su primera aparición. 

Mi primo fue la noche del 27 a recorrer el parque en moto, pero no no estaba. Algunos fuegos artificiales de seguro lo asustaron. Que noche tan larga.

La red de proteccionistas de Chacao se desplegó y ya sabían que estábamos buscando a nuestro perro y tenían nuestros datos, ir, buscar y no encontrar, es una sensación de frustración que no le deseo a nadie.

Un perro asustado por los fuegos artificiales, corre aturdido, es terrible, un carro o una moto podían haberlo atropellado, quien sabe. 

Una señora cerca del parque, contó que estaba amarrado, que unos muchachos lo tenían amarrado y ella lo soltó porque lo veía amarrado allí… no sabemos por qué o con qué intenciones estaba amarrado, pero ha podido ahorcarse de la desesperación ante los fuegos artificiales. A él le afectan muchísimo. 

Llegó la hora, recibimos esa llamada tan anhelada, Beethoven había aparecido. Estaba llegando a Sabas Nieves.

Gracias es una palabra tan pequeña y con tanto significado, allí nos devolvieron a Bethoven

Apareció, era él, nos reconoció enseguida, él lloraba, mamá lloraba y yo no sabía si reír o llorar, estaba tan feliz de tenerlo otra vez. Demasiado hermoso ese momento.

Estuvo perdido 18 días. ¿Cuántas cosas pueden pasar en un segundo?imagina en 18 días. Nos lo llevaron hasta el Metro, que irónico, el Metro, donde empezó todo, en otra estación, pero fue en el Metro.

Enseguida fuimos a comprarle una plaquita, porque no queremos ni imaginar todo lo que pasó en la calle. Cruzando la calle, defendiéndose de otros perros, gente que lo pateara, no. De verdad tenerlo en casa y poder protegerlo del ruido de los fuegos artificiales del año nuevo, eso no tiene precio.

Gracias a todos los que unieron esfuerzos, sin protagonismos, enfocados en encontrarlo sano y salvo. Hay gente maravillosa detrás de las redes sociales. Muchas personas dedican sus vidas a proteger a los animales y nosotros, somos testigos de eso.