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Estudiantes y la pasión de siempre

El 21 de noviembre de 2022 cumplió 65 años la protesta estudiantil contra Marcos Pérez Jiménez en 1957 por las medidas arbitrarias que imponian un plebiscito que lo religiera cinco años más. En los jóvenes de educación media y universitaria, subió la pasión de la protesta y se organiza una huelga estudiantil que dio origen al Día del Estudiante.

Se producen importantes disturbios sociales y actos políticos que concluyeron con la huída del dictador el 23 de enero de 1958.

Antes del Nov 57 se venía estructurando el activismo en nuestro Liceo Andrés Bello según linea de la Junta Patriótica. La animaban profesores que nos daban, además de conocimiento, apoyo y formación crítica.

Esta pasión política nace en la Librería El Gusano de Luz, acera norte del Parque Carabobo, cuyo librero era Freddy Cornejo.

Allí conocí intelectuales que luego serían mis amigos: Orlando Araujo, Alexis Marquez Rodríguez, Domingo Miliani, Oscar Sambrano Urdaneta, Salvador Garmendia, Manuel Bermudez y Denzil Romero. Tambien solía estar un tipo flaco, serio y de aguzado verbo: Earle Herrera.

Este comando nos asignaba tareas de circular “correos” y periódicos y documentos prohibidos emitidos por miembros de la Junta Patriótica en toda Caracas. O una variante: tirar piedras. Más otros ingenios subversivos, hacer y repartir informacion sobre movidas callejeras o “vigilar la zona” en mítines relámpagos a las salidas de fabricas o en zonas de talleres mecánicos en San Agustín y Catia. En paralelo otro nucleo de subversión, la casa del general Santiago Ochoa Briceño, padre de nuestro compañero de aula Fernando Ochoa Antich.

Todos los espacios del Liceo eran útililes para agitar, la banda marcial, las clases de cuatro del Maestro Reyna, el teatro, que tenía a Ruddy Tarf de figura. Entre los ensayos estaba siempre presente el multiactivísta Rojitas. Presto a maquinar en complicidad con Paco Benmaman un periódico que serviría al mismo propósito, o igual, preparar “una mariposa para invitar” a un nuevo reto con la policía.

En esas andaba, cuando en compañía de la periodista Luisa Barroso, al intentar huir, nos pescó la policia escondidos en un restaurante chino. Fui detenido por un mes, hace 65 años en la Seguridad Nacional. Felizmente Luisita no sufrió percances mayores y hubo final feliz 1958. Pregunto, ¿Tal vez, sobrepasamos el dogma de nuestro patrón Don Andrés Bello?:
“Los que no moderan pasiones son arrastrados a lamentables precipicios”.