Se dice fácil, pero 60 años son bastante y más para mantener una hípica a flote, con pocos recursos, más cuando es una actividad que requiere de mucho dinero y mano de obra calificada, algo que por la zona y las carencias hacen cuesta arriba cualquier sueño, pero los falconianos no se han rendido ni han dado su brazo a torcer para decaer con el deporte de los reyes.
Con información que nos hace llegar el conocido periodista Roger Cotis Guadarrama, esta historia relata que las carreras de puros estaban relacionadas a las actividades para celebrar las fiestas patronales y esto fue hasta que formaron un gremio de jinetes y aficionados a la caballería.
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Fueron ellos quienes realizaron el primer programa de carreras, el 12 de octubre de 1962, esto con motivo de los 15 años de la Iglesia La Guadalupe de la Comunidad Cardón, y usaron un llano cerca de la Guardia Nacional de Maraven, donde improvisaron la pista que sirvió de escenario. Se hicieron cinco carreras, con ejemplares criollos traídos de pueblos y caseríos cercanos, dando inicio a esa pasión, la que instala en los paraguaneros ese gen que no se ha dormido en ningún momento.
Luego el escenario se mueve a Judibana y ahí interviene el primer purasangre llamado Keimper, para ya en 1963 hacer las carreras en Mene Grande y al año siguiente se corre en Pueblo Nuevo, siendo la sede definitiva en el Sector Sabino de El Cardón el hipódromo que se mantiene hasta la fecha, esto fue el año 1965, el 24 de enero específicamente.
