El miércoles 28 de septiembre, el huracán Ian se abalanzó sobre la costa del Golfo de Florida con una fuerza catastrófica, desatando vientos huracanados, lluvias torrenciales y un oleaje traicionero que lo convirtieron en una de las tormentas estadounidenses más potentes de los últimos años.
Llegando a tierra como un huracán de categoría 4 con vientos sostenidos de hasta 241 kilómetros por hora, Ian transformó rápidamente una extensión idílica de playas de arena y pueblos costeros en una zona de desastre inundada por el agua del mar.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó la declaración de emergencia en el estado de Carolina del Sur como antesala a la llegada del huracán Ian en las próximas horas
Con esta declaración, equipos estatales se sumarán a los esfuerzos locales y tribales frente a Ian, que tocó tierra el viernes en Florida con vientos de hasta 240 kilómetros por hora.
“La acción del presidente autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), a coordinar todos los esfuerzos de ayuda en caso de catástrofe (…) y a proporcionar la asistencia adecuada para las medidas de emergencia necesarias”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Estas medidas de emergencia buscan disminuir o evitar la amenaza de una catástrofe en los 46 condados de Carolina del Sur.
El Departamento FEMA pasa a estar autorizado para identificar, movilizar y proporcionar a su discreción, el equipo y los recursos necesarios para aliviar los impactos de la emergencia. Además, se ha anunciado que estas medidas, en el marco del programa de Asistencia Pública se financiarán en un 75 por ciento con fondos federales.
Reuters
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