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La impresionante y dramática historia de los vecinos donde cayó una avioneta en Medellín, Colombia

Parte de una de las alas que sobrevivió al fuego. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO

Dicen que les prometieron “500 mil cosas” pero hasta el momento poco les han cumplido.

Por eltiempo.com

La única razón que tienen las hermanas Córdoba para explicar que Astrid no hubiera estado en su casa al momento del accidente es Dios.

A las 10:14 de la mañana del 21 de noviembre un avión Piper 31-350, que minutos antes había despegado del aeropuerto Olaya Herrera, en Medellín, cayó sobre su casa, en el tercer piso de un edificio en Belén Rosales.

Hoy solo quedan los escombros de las tres habitaciones, algunas pertenencias de los 8 pasajeros que fallecieron en el accidente y hasta un sillín de la aeronave, que Adriana Córdoba, no sabe por qué no se lo llevaron el día que recogieron los restos de lo que quedó tras el incendio.

Con el paso del los días tratan de asimilar lo que pasó, pero aún no llegan todas la ayudas y el acompañamiento que les prometieron ese día.

“Estuvimos muy acompañados el primer día, con 500.000 personas prometiéndonos 500.000 cosas. Que no nos preocupáramos, que teníamos hotel, comida, transporte, que con todas las de la ley”, cuenta Adriana en diálogo con EL TIEMPO.

En la casa donde cayó el avión vivían sus tres hermanos. Ella también, prácticamente, pero, al menos, no tenía ahí sus pertenencias. Se trata de un apartamento que tenían en arriendo desde hace 20 años y en el que, en su momento, vivió toda su familia.

Los ocho ocupantes de la aeronave murieron.
Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO

‘Nunca llegó nada’

Esa mañana, una llamada casi devuelve a Astrid para la casa. Había salido para hacer unas compras, cuando, en la mitad de las escaleras, le timbró el celular. Era una sobrina, con la que trabaja, pidiéndole un favor. “No es urgente”, le dijeron al otro lado de la línea. Ella dudó un segundo y finalmente decidió seguir con su plan, pero casi se regresa.

Ya en el parque de Belén, al occidente de Medellín y a unas pocas cuadras del lugar del accidente, una vecina la llamó y le preguntó angustiada que dónde estaba. Para ese momento, ya su casa ardía en llamas.

Adriana relata que esta noche los mandaron para un apartaestudio. A su hermana le dieron 100.000 pesos para comprar lo que hiciera falta y con el paso de los días, cuando preguntaron por la alimentación que les habían prometido, les dijeron que compraran lo necesario, que luego les transferían a una cuenta bancaria. “Nunca llegó nada“, añade.

A los vecinos del sector les han hecho promesas, pero hasta el momento, no les han definido nada concreto. Según información del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), 4 viviendas de 2 edificaciones tuvieron daños severos y por eso hoy tienen orden de evacuación.

De momento, no hay certeza de lo que pasará con ellas. Adriana explica que las planchas donde estaban las 3 habitaciones están llenas de escombros y no se conoce con exactitud el estado de la estructura que sufrió graves daños.

En la casa de la familia Córdoba sobrevivieron al incendio las imágenes religiosas.

“No nos dan una respuesta concreta”

Otro de los afectados es Janier Valle. Junto con su familia, unas 10 personas, tenían un negocio textil en el primer piso del edificio. Sus vecinas cuentan que trabajan de sol a sol, pero hoy están desempleados.

“Hoy (sábado 26 de noviembre) nos desalojaron de donde estábamos nosotros. Nos tiran prácticamente a la calle, sin posibilidades de nada. El negocio ya no lo podemos tener acá y ahora estamos desempleados, si ningún ingreso económico”, comenta el hombre que también estaba alojado en uno de los apartaestudios que les ofrecieron desde la aerolínea Aeropaca.

Su familia no ha podido sacar ninguna pertenencia de la casa taller porque no tienen dónde reubicarse. Además, dos máquinas, algunas lavadoras y ropa se dañaron luego de que toda el agua y la espuma que se utilizó para apagar el voraz incendio cayera hasta el patio en el que las tenían.

“Todos los días viene una personas diferente y cada una tiene una versión distinta. No nos dan una respuesta concreta. Yo tengo una niña de 6 años y me toca estar con ella para aquí y para allá”, puntualiza Janier.

La ayuda y solidaridad ha llegado, en algunos casos, desde el sector privado. Adriana cuenta que las marcas GEF y Punto Blanco les ofrecieron a sus hermanos cuatro artículos por cada prenda que incluyó camisas, pantalones, chaquetas, zapatos y ropa interior para cada uno. Y Fatelares les mandó una caja con sábanas, toallas, fundas de almohadas y otros artículos. “Doy infinitas gracias por esa ayuda”, comentó.

“Tenemos un abogado, la idea es reclamar. Nosotros perdimos todas las pertenencias, Todo vale plata, además de los documentos, fotos y recuerdos de nuestros papás, todo eso se perdió. Mi hermano le gusta la música y tenía unos equipos, también los televisores de cada uno. Vamos a tratar de sacar la nevera y la lavadora que fue lo único que se salvó”, comenta la mujer.

Desde la alcaldía de Medellín señalaron que las reparaciones de las viviendas corren por cuenta de las familias en negociaciones con la póliza de aerolínea.

Sobre la atención a las personas afectadas, aclararon que “Por parte del Dagrd se dio la atención de la emergencia. Salud e Inclusión Social se hizo contención emocional y acompañamiento psicológico el día de la emergencia“.