Un día estaba en el trabajo y recibí una llamada, me explicaban que habían abandonado a varios perros en un kiosko de Montalbán, un sector concurrido de Caracas. Llamé a mi sobrina y juntas fuimos al rescate, conseguimos un hogar temporal para uno y la otra perrita ya se la habían llevado.
Así que solo quedaba uno para ubicar. Mi sobrina preguntó en su casa y a regañadientes lo aceptaron esa noche.
Al llegar a su nuevo hogar temporal el perrito estaba muy triste y full de garrapatas, así que lo bañamos y se dejó sin problemas, aunque estaba bastante asustado. Se veía agotado, lo sacamos casi dormido del baño y lo secamos para que no durmiera mojado. Así, se quedó completamente dormido.
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