Venezuela
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¡Ven a mí que tengo flores¡

Queremos atraer inversiones para poder desarrollar nuestros potenciales, para ello estamos dispuestos a establecer condiciones preferenciales para que los inversionistas elijan nuestros países, los de AL&C, los de Nuestramérica. Esta orientación en política económica ha sido constante, por lo menos, por más de 4 décadas. En este período los países de la región sufrieron dos fenómenos perjudiciales: una fuga de capitales casi que continua, desde los 70’s, y un fuerte endeudamiento externo en el mismo decenio, que desencadenó una crisis en los 80’s. Ironía, algunos trabajos de Task Justice Network mencionan que con el dinero que salió de nuestros países se podía pagar varias veces la deuda externa de los mismos, para la fecha del estudio 2010.

Se buscan inversiones pero específicas, por lo menos se sabe las que no se quieren, como las de los llamados capitales golondrinas que especulan y vuelan prontamente, no tienen mucha paciencia, buscan alta ganancia y están dispuestos a asumir grandes riesgos. Pero tampoco se quieren inversiones que impongan relaciones de dependencia o de dominación que vulneren, debiliten o amenacen nuestra soberanía e independencia.

Cómo conjugar este: “ven a mí que tengo flores” que busca atraer a los inversionistas, ofreciendo oportunidades, incentivos, disposición del Estado, del sector público y privado, del pueblo todo, sin entregarnos, sin ceder en lo fundamental, sin perder de vista lo que se persigue con estas inversiones. Como ya lo hemos señalado en la reflexión anterior, entre otros deseos: “Queremos crecimiento y desarrollo económico, queremos trabajo decente, queremos bienestar en armonía con el medio ambiente.”.

Ayer, el financiamiento buscado era para los Estados, para que éstos hicieran inversiones en obras de infraestructura pública, para mejorar las condiciones de la población pero también para brindar los servicios públicos y formar el talento humano necesario para atraer a las grandes empresas multinacionales que buscaban a dónde mudarse, pensando que ello vendría aparejado con la modernización y el bienestar de los países de origen de éstas.

Hoy, el financiamiento que se busca es para el desarrollo de la economía real, la de la producción y el consumo. Es un financiamiento para apalancar financieramente al sector público y privado, para liberar una energía potencial acumulada en las riquezas naturales de nuestros países en conjunto con el trabajo creativo, innovador, manual e intelectual, para agregar valor.

Las preguntas de rigor para poner en contexto y darle algo de calor al debate:

El pequeño y gran inversor, nacional y extranjero.

¿Ud. está dispuesto a invertir un 10% de sus prestaciones en la compra de acciones de una empresa nacional o mixta o binacional o regional, etc., para financiar la expansión de la producción o para lanzar un nuevo e innovador producto?. ¿Ud. está dispuesto a invertir en bonos del Estado, para levantar capital para inversión pública?.

¿Ud. está dispuesto a adquirir notas de crédito que emitió la empresa de calzado casuales venezolana “Nickers”, para levantar capital con la intención de aumentar su producción un 10% y ayudar a cubrir la demanda nacional aún insatisfecha. Por estas notas de crédito se pagará un 6% anual fijo, por 10 años, a su tenedor, al finalizar este tiempo ud. recibe el monto invertido.

¿A Ud. le entran unos ingresos extras, que no tenía previstos, Ud. los ahorra, los invierte o los gasta y se da su gusto de inmediato?.

El gobierno, los Estados, la promoción de inversiones

¿Quienes formulan políticas y estrategias públicas en el ámbito del crecimiento y desarrollo económico, al igual de quiénes toman decisiones cuentan con información de calidad, pertinente y oportuna, en cuanto a las inversiones?.

¿Las campañas para la promoción y atracción de las inversiones en los países han probado ser efectivas, son regulares, se han institucionalizado?. ¿Son iniciativas exclusivas de los Estados o el sector privado y financiero también las promueve?.

¿Las áreas del sector económico priorizadas en dónde invertir son claras, cuentan con indicadores que orienten al inversor sobre el potencial crecimiento, el tiempo en el que esas inversiones comienzan a rendir fruto, las diferentes magnitudes de inversión y tipos de inversionistas?.

¿Existen campañas y políticas para promover la participación de la inversión nacional?. ¿Hay posibilidad para que los pequeños inversores participen?.

¿Qué apoyo le ofrecen los Estados y sus gobiernos a los relacionados con las inversiones, emisor-receptor-intermediario, para mejorar el desempeño en esta área con tanta incertidumbre?.

Como podemos ver eso de “ven a mí que tengo flores” no es así como soplar y hacer botellas.

Vemos que desde la perspectiva que sea: personal, individual, colectiva cercana, familiar, de un tercero ajeno que participa con capital, etcétera, invertir es una decisión dura. Se requiere de un nivel de disposición a correr riesgos, al trabajo arduo, de mucha audacia, confianza y fe en la idea, en el proyecto o negocio, en las competencias propias y ajenas, en el otro y en sí mismo. Para invertir hay que pensar y planificar a mediano y largo plazo, adquirir información y conocimiento permanentemente, poseer inteligencia emocional, tener imaginación. No se trata de azar, de suerte, es una mezcla de ciencia, técnica, arte, gestión, disciplina y pasión.

Cuando se habla de invertir se suele reducir la inversión a la colocación de capitales en determinada empresa, proyecto de empresa, subestimando otros aspectos importantes en la ecuación. El proceso es complejo, también. Más aún, se subestima la inversión de los Estados, en cuanto a obras de infraestructura, a incentivos fiscales, al apoyo a los inversionistas, en formación del talento humano, en servicios, etcétera. Realmente se trata de la convergencia de un intercambio de valores, en todos los sentidos, entre múltiples y diferentes participantes, para alcanzar la sinergia y un objetivo común. También, se trata de compartir riesgos en escenarios cada vez más inciertos.

Con estas inquietudes, indaguemos un poco en los datos, en los hechos, en relación a las inversiones.

¿Cuál es la historia de las inversiones en la región de AL&C, Nuestramérica? Basados en el documento:  “Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2022 (LC/PUB.2022/9-P), Santiago, 2022 “ (Cepal, 2022):

  • La Inversión, pública+privada, en casi 70 años (1952-2021), tuvo un crecimiento interanual promedio por debajo del 10%. Decreció en la llamada década pérdida, los 80’s, del siglo pasado, a partir de entonces disminuyó su crecimiento anual promedio década a década. El promedio de crecimiento interanual más bajo registrado fue de o,8%, entre 2009-2029.
  • A partir de los 90’s la inversión se hizo más volátil, con ciclos de contracción más frecuentes, más largos y de mayor amplitud. Desde 1981 han habido 15 contracciones de la inversión. Las tres últimas: del 2001 al 2003, del 2014-2016 y 2019 al 2020.
  • Esta desaceleración de la inversión se refleja tanto en el componente privado como en el público.
  • La Inversión pública, en porcentaje, en 49 años (1970-2019), ha representado entre el 20,1% y 26% del total de la inversión. Su mínimo los registró en el 2019.
  • La inversión en áreas como: manufacturas, servicios, comercio, minería y transporte representan 80 de cada 100 unidades monetarias invertidas. De las restantes, 10 van para la agricultura, 7 para la electricidad, gas y agua y 3 para la construcción.
  • “…en los últimos 70 años la región ha dedicado menos de una quinta parte de su PIB a la inversión”.

Retos de la Región de América Latina y el Caribe, en cuanto a Inversión (Cepal, 2022):

  • Aumentar la inversión en infraestructura. La región en este rubro es la penúltima entre las economías emergentes, destinando el 2,8% del su PIB, sólo por encima de la región del África Subsahariana. Asia Meridional, Asia del Sur, Oriente Medio y el Norte de África y Asia Oriental y el Pacífico invierten en este rubro: 4%, 5%, 6,9%, 7,7% de su PIB, respectivamente.
  • Estudios, citados por este documento de la Cepal, indican que el reto es mayor si se consideran las inversiones necesarias en: Capital humano, Infraestructura sostenible, Uso de la tierra, agricultura y Naturaleza, Adaptación y resiliencia. En tales casos, la inversión debería incrementarse 6,8 puntos porcentuales del PIB.
  • Los referidos estudios indican que por lo menos la mitad de estos recursos deben provenir de fuentes internas.

Estos retos son mayores si se considera el contexto de partida. En el mismo estudio de la Cepal, enumeran los siguientes aspectos, que nos dan una idea del cuadro:

  1. Escenario complejo, con riesgo cada vez mayor de recesión mundial.
  2. Creciente volatilidad macrofinanciera internacional.
  3. Bajo ritmo de crecimiento económico regional.
  4. Generación de empleos estancada.
  5. Inversiones en su fase contractiva.
  6. Presiones inflacionarias.
  7. Aumento de volatilidad del tipo de cambio.
  8. Poco espacio de maniobra para elaborar políticas públicas.
  9. Niveles de endeudamiento que reducen el margen de acción para lo fiscal.

¿Qué hacer?

Los resultados en los países de la región de AL&C en más de 40 años indican que un cambio es urgente, todo debe ser revisado, desde las estrategias, los actores, las metodologías. Los problemas en lugar de solucionarse se han agravado, las desigualdades son mayores y el crecimiento y desarrollo económico perseguido no se logró.

Ni la inversión pública ni la privada han logrado impactar en la economía real ni en el bienestar de los pueblos de los países de la región como se esperaba. Los problemas estructurales siguen. ¿Ambas se alinearon?, ¿Fueron insuficientes?, ¿Falto comprensión de los problemas, fueron subestimados?.

Las agendas de prioridades para las inversiones fueron las adecuadas. ¿Desde dónde se concibieron y elaboraron éstas, desde nuestros países y como resultado de un debate regional o desde los organismos multilaterales y los países con economías avanzadas, es decir, desde el Norte Global?.

¿Cómo se otorgan las inversiones? Vienen marcadas, es decir, condicionadas en cuanto a los sectores, tecnologías y empresas a contratar.

Notamos, por la bibliografía revisada, que hay una nueva agenda, un nuevo mantra, donde expresiones como: Inclusión, sostenibilidad y transición energética, se repiten en las justificaciones y propósitos para orientar las inversiones.

También percibimos un renacer de los Estados, hace falta de la acción de gobierno para que se establezcan nuevas regulaciones y se coordine la inversión privada y pública. Es decir, ¿hace falta la intervención del Estado para la creación de nuevos mercados, para facilitar la emergencia del nuevo paradigma tecno-económico?.¿Será una señal del fin de una ideología?.

Hay que hacer una análisis crítico, geohistórico y estructural, de cuanta propuesta se presente sobre el tema de las inversiones en la región de AL&C, provenga de organismos multilaterales, tanques de pensamiento, trabajos de investigación, etcétera, por bien intencionado que parezcan.

Hay que elaborar nuestras propuestas de inversión, alineadas con los planes estratégicos nacionales y planes estratégicos regionales, porque éstos deben elaborarse si la región quiere jugar un rol distinto en el orden multipolar que emerge, de manera separada por países no se logrará el desarrollo de todo el potencial que se tiene.

Seguiremos tratando el tema de las inversiones en aspectos específicos, en por lo menos tres reflexiones más.