En una entrevista con The Financial Times, dijo que Argentina tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que la compra de aviones militares porque hay otras prioridades antes que comprar armas, definitivamente.
En una larga entrevista que concedió al diario The Financial Times, en la que habló de cantidad de temas, Alberto Fernández sorprendió con una definición que contraría las promesas que le había hecho a las Fuerzas Armadas. No ya en materia de aumentos y equiparación salarial con las fuerzas de seguridad, que vienen atrasados, sino en materia de equipamiento militar.
Ocurre que el presidente ahora dice que no va a comprar los aviones supersónicos que le había prometido a la Fuerza Aérea en el inicio de su mandato, y otras armas, contemplados en la sanción de la ley de 2020 que creó el Fondo Nacional de la Defensa para la modernización y reequipamiento de la Defensa con vistas al cuidado de la soberanía marítima, aérea y terrestre. También en lo que es la política en el conflicto por Malvinas.
El FONDEF se creó con un presupuesto estipulado en 30.000 millones de pesos que deben salir de partidas especiales y fue destinado para este tipo de compras. Pero los dichos de Alberto Fernández ahora tambien contrarían los recientes anuncios hechos en Diputados por el jefe de Gabinete Juan Manzur y a las fuerzas por el ministro de Defensa, Jorge Taiana.
En la entrevista, Fernández venía contestando al periodista sobre la influencia de China en la región. Definió como una “ilusión” que los chinos estuvieran “poniendo bases militares en Ushuaia, en la Tierra del Fuego para poder acceder a la Antártida” y que “nada de eso” iba a suceder. “En la Argentina no habrá bases militares ni chinas, ni americanas, ni francesas, nada de nadie, porque somos un país soberano”.
Entonces el periodista le preguntó si por su influencia y potencia económica, el mejor postor en la venta de aviones militares o en materia de colaboración en términos de defensa para la Argentina era China. Y dijo Alberto F.: “Argentina tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que a la compra de aviones militares hoy en día porque, finalmente, nosotros estamos en un continente muy desigual, con todos los problemas que usted antes comentó, pero es un continente donde no hay problemas de guerra, la paz es el común denominador entre nosotros".
Remató con que "la búsqueda de la unión regional, como en su momento Europa construyó la unidad regional, es la búsqueda de la Argentina. Con lo cual, para nosotros hay otras prioridades antes que comprar armas, definitivamente”.
Según pudo saber Clarín, sus palabras sorprendieron negativamente entre las fuerzas y se producen en momentos en que su Gobierno ha decidido gastar U$S 22 millones de dólares para la compra de un avión presidencial.
Otras fuentes, dijeron que, como en otras oportunidades, su palabras se debían relativizar porque suele "decir una cosa y hacer otra", con lo que "cabe la ilusión" de que "cumpla con las compras" prometidas.
Y hubo incluso un trascendido en el sector privado de que el fuerte apoyo que la administración demócrata mostró al ministro Sergio Massa en el reciente acuerdo para encontrar cuentas de argentinos no declaradas en los Estados Unidos y generar un nuevo blanqueo es a cambio también de frenar el avance de China. Y en ello pesa la cuestión de los aviones.
El Gobierno estaba en proceso de evaluación tanto técnica como económica y política de cinco aviones, aunque sobre el final había cuatro en carrera el Kfir israelí, el F-16 de Dinamarca pero con diseños original en los Estados Unidos, el MiG-35 de Rusia, el Tejas de la India y el JF-17 Thunder una sociedad chino paquistaní.
Estos cuatro son los que mencionó Manzur en su última exposición en el Congreso, aunque la pelea geopolítica se centra en la aeronave diseñada por los Estados Unidos, el F16 y el chino paquistaní JF-17, que debería ser parte de los acuerdos que se contemplan en la integración chino-argentina, incluso la contemplada por la Ruta de la Seda.
Tanto el jefe del Estado Mayor Conjunto, Martín Paleo, como el jefe de la Fuerza Aérea, Xavier Isaac, viajaron a los distintos países para, en persona, experimentar cada uno de los modelos.
