Argentina
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Bullrich apuesta a una campaña "a lo Menem" para ganarle la interna a Larreta

"Los que se benefician del desorden actual ofrecerán una resistencia encarnizada, pero si tenemos la decisión de avanzar con firmeza desde el primer día de gobierno, vamos a cambiar la Argentina para siempre", dijo anoche Patricia Bullrich, la presidenta del PRO y una de las presidenciables dentro de la fuerza opositora. 

El escenario fue el Yacht Club de Olivos, donde la dirigente se mostró junto a su virtual gabinete en las sombras y demás asesores de su equipo en el marco de una campaña en la que busca compensar sus debilidades imitando la estrategia del ex mandatario riojano, Carlos Menem, en 1989. 

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El primer párrafo del comunicado de prensa distribuido al concluir la primera reunión de sus referentes y de la puesta en común de sus potenciales planes de gobierno -en dos semanas habría otra, exclusivamente dedicada a la economía- resume con precisión el diagnóstico de la presidenta del PRO. De lo que se trata no es solo que Juntos por el Cambio vuelva a la Casa Rosada sino pueda implementar las políticas que la coalición opositora considera necesarias.

Según su visión de las cosas, si la oferta electoral no es lo suficientemente contundente. sucederán dos cosas. Por un lado, los "más duros" se irán con Javier Milei. Por el otro, si aún así ganan las elecciones, no podrán implementar las reformas estructurales necesarias y -nuevamente- se frustrará la nueva oportunidad que les habrá ofrecido la población.

Bullrich no tiene dudas al respecto. Lo habla cotidianamente con su equipo principal de consejeros -Federico Pinedo, Eduardo Amadeo, Dante Sica, Luciano Laspina y el ex Banco Santander Enrique Cristofani- que están bajo la coordinación de Alberto Föhrig, un grupo que habitualmente busca moderarla en tonos, posicionamientos y discursos. "Pero ella no afloja", comentan a su lado.

Sucede que desde que decidió salir a disputar la Presidencia de la Nación se convenció de que tenía que hacer "la gran Menem", recorrer la Argentina por fuera del aparato político y recoger las demandas de la gente. 

El Estado tiene que volver a ser un facilitador del desarrollo, y la generación de riqueza a través del trabajo tiene que volver a ser una prioridad social. No vamos a lograr crecimiento en tanto no terminemos de gastar más de lo que tenemos

Más tarde inició  consultas con Sergio Berensztein, un consultor en estrategia que le viene presentando focus group  que la ratifican en el camino por varios motivos. El principal es que "los jóvenes no creen que el Estado esté presente, sino todo lo contrario, que los ahoga. Y solo piden poder desarrollarse con libertad y sin cargar con tantas mochilas".

Quizás por eso es que Bullrich dijo en su discurso que "el Estado tiene que volver a ser un facilitador del desarrollo, y la generación de riqueza a través del trabajo tiene que volver a ser una prioridad social. No vamos a lograr crecimiento en tanto no terminemos de gastar más de lo que tenemos".

Bullrich rodeada por su equipo: Cristofani, Föhrig, Amadeo y Dante Sica.

UN PLAN DE DESARROLLO

"La baja del gasto debe estar acompañada por la baja de impuestos distorsivos y la eliminación de las barreras burocráticas a la producción y al trabajo. Hay que sacarle el zapato de encima a los argentinos que quieren trabajar", agregó. Bullrich ayer a la noche.

Lo que no explica la presidenta del PRO, todavía, es cómo conseguirá la fuerza necesaria en su partido para defender su boleta en elecciones primarias. "No quiere avivar giles", le aseguraron a El Cronista

Y vuelven a poner como clave la campaña de Carlos Saúl Menem, que dejó que un fenómeno aluvional se fuera gestando hasta convencer a aparatos políticos y sindicales que dieron vuelta una elección que Antonio Cafiero tenía ganada de antemano. 

Desde que decidió disputar la Presidencia de la Nación se convenció de que tenía que hacer "la gran Menem": recorrer la Argentina por fuera del aparato político y recoger las demandas de la gente

Cerca de Bullrich, por el contrario, explican que "cuando empezó a caminar su sueño, nadie daba un peso por ella; más tarde se sentó a la mesa de las decisiones con respaldo de Mauricio Macri, y ahora empezó a preocupar a todos". 

En la sede del gobierno porteño, cuando se les pregunta qué van a hacer con la presidenta del PRO si sigue creciendo dicen que "Patricia ya se bajó una vez (cuando aceptó no encabezar la lista a diputados nacionales), no hay ninguna razón para creer que no se va a bajar otra vez".

La presidenta del PRO no se inmuta. Demostrando una voluntad de hierro sigue adelante, a pesar de que no tiene los recursos de quienes le compiten en la interna y de que -finalmente- es una novata en el partido fundado por Macri y Rodríguez Larreta hace 20 años, cuando ella misma presidía su propio partido político.