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Dejar afuera a Pablo Moyano de la cena con Alberto Fernández, una decisión "premeditada y con alevosía"

La CGT armó la lista de quiénes irían a Olivos. No invitar al camionero fue una forma de ningunearlo.

“Fue una decisión premeditada y con alevosía”.

Así resumen en la CGT la resolución de dejar afuera a Pablo Moyano de la cena -hubo asado de tira, chorizo, morcilla y ensaladas- en la Quinta de Olivos del lunes con el presidente Alberto Fernández, el ministro Claudio Moroni y el secretario General de la Presidencia Julio Vitobello.

En la central obrera peronista cuentan que el plan original era encontrarse a comer con Fernández en un gremio. Se barajó, incluso, la terraza con quincho, asador a la cruz y parrilla que tiene la UOCRA en su sede central, en la avenida Belgrano.

Pablo Moyano con el secretario adjunto de SMATA, Mario Manrique. Foto Emmanuel Fernández.
Pablo Moyano con el secretario adjunto de SMATA, Mario Manrique. Foto Emmanuel Fernández.

“Esperen que vuelvo de la ONU(de la Asamblea General, en Nueva York) y nos juntamos”, les había prometido el Presidente. Al final se decidió que fuera en Olivos. Eso sí: la lista de sindicalistas que irían a la comida la armó la propia mesa chica de la CGT, integrada por todos los rivales de Pablo Moyano en la interna cegetista.

Fuentes sindicales aseguraron que la decisión de dejarlo afuera fue adrede para ningunearlo. Si ese fue el plan, funcionó: Moyano montó en cólera e hizo una inédita puesta en escena en la que amenazó con irse de la CGT.

Pero Pablo Moyano debió abandonar rápidamente su plan. En la CGT se decía en la noche de este martes que dirigentes de peso habían mantenido contacto con Hugo Moyano, y que éste desestimó las intenciones de su hijo.

“Es un muchacho que no entiende. Hace todo con ímpetu y bronca”, lo describe un histórico dirigente de la central.

Ya en el mediodía de este martes, antes de que Pablo Moyano se juntara con sus aliados para supuestamente analizar qué hacer, entre capos cegetistas apostaban cenas a que el camionero se iba a quedar en la amenaza nomás. Nadie quiso tomar la apuesta.

Premio consuelo​

Aunque preveían la reacción de Pablo Moyano al no ser invitado, en la CGT alegan que en realidad no tiene fundamentos para enojarse.

Señalan, por ejemplo, que él por su cuenta se reunió a comienzos de agosto con Cristina Kirchner y que no le avisó a nadie.

También recordaban que Moyano (h) se cortó solo en la marcha de la CGT contra la inflación y las subas de suma fija y montó un palco en la 9 de julio, cuando se había quedado en que no habría oradores.

"No tiene derecho a zapatear", apuntó un dirigente sindical de peso que también le recriminó al número dos de Camioneros su idea de marchar a Comodoro Py: "Ahí solo van los que tienen causas", chicaneó.

Enfrentado con su padre y con la esposa de éste, Liliana Zulet, Pablo Moyano ya casi no va a la sede de Camioneros, en el barrio de Constitución. Se adueñó del tercer piso de la sede de la CGT. El piso está cubierto de cámaras de seguridad y patovicas, muy al estilo de Camioneros.

Por eso, este martes dirigentes cegetistas se preguntaban con sorna a dónde podría en caso de alejarse de la central obrera.

“Es mejor la unidad, pero si se va nadie lo va a extrañar. El tiene que aprender a jugar en los márgenes, como hacemos el resto”, resumió un dirigente.

Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano y Julio Piumato, en la marcha de agosto de la CGT.
Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano y Julio Piumato, en la marcha de agosto de la CGT.

Como compensación al malestar que le provocó haber quedado afuera de la cena en Olivos, Alberto Fernández invitó a Pablo Moyano a cenar en la noche de este miércoles en la Quinta Presidencial. Sonaba a premio consuelo.