Argentina
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Deuda corporativa de la Argentina, bajo el fuego de la nueva crisis global

Un operador argentino, que liderara años atrás un banco líder norteamericano, definió con una sola palabra lo que está sucediendo en el mercado mundial de bonos: "masacre". El término no se queda corto cuando se observa lo que está sucediendo con la deuda de Inglaterra, que pasó de rendir 2,75% hace un mes a 5% anual ayer con una caída en el precio de 50 por ciento.

Fuerte desplome de bonos en dólares impulsó de nuevo al riesgo país

Los problemas domésticos de la Argentina provocan que no se preste demasiada atención al mercado mundial, pero claramente son jornadas históricas y que remiten a pasadas crisis financieras. En Estados Unidos, los bonos pasaron de rendir 3% a 3,85% anual con pérdidas de 20% en apenas un mes.

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Quien alertara sobre la mala praxis económica en Inglaterra y en los presidentes de los principales bancos centrales fue el economista Larry Summers, ex secretario del Tesoro norteamericano. 

Ayer, en un tweet señaló que "los seguros contra default británicos asignan una probabilidad insignificante a un incumplimiento de la deuda pero esa probabilidad subió significativamente". 

Agregó que no recordaba a "un país del G10 con tanto riesgo de sustentabilidad en la deuda en su propia moneda".

Difícil en este contexto que la deuda argentina, la de las provincias y la de las empresas locales se mantenga al margen de la ola de ventas.

El riesgo país ayer marcó un nuevo máximo en la gestión Massa a 2691 puntos. Aún así la deuda corporativa mostró caídas de 1% a 3% cuando en los papeles de la deuda soberana, las pérdidas llegaron al cuatro por ciento.

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¿Qué puede pasar con la deuda de las empresas? En primer lugar hay que considerar que los tenedores de estos papeles son más "a finish", es decir que quienes los poseen al momento de comprarlos, lo hicieron para devengar intereses a lo largo de la duración del bono. 

Por ello, es que ante la caída mundial de bonos, las variaciones no son tan altas como se hubiera previsto. La contracara son los fondos norteamericanos, que deciden desprenderse de papeles en mercados emergentes, sin importar precios o devengamientos de cupones.

Los rendimientos de las empresas argentinas en este contexto se acrecentaron. Los de YPF al 2024 treparon al 24% anual en dólares, un retorno que puede tentar apuestas aunque puede llegar a mostrar porcentajes más elevados dependiendo de la gravedad que vaya adquiriendo el mercado internacional de deuda. 

Los bonos de Pampa al 2029 rinden cerca de 12,5% mientras que los del Galicia al 2026, el 9% anual. En Real Estate, los papeles de IRSA al 2028 ofrecen una tasa de retorno de más del 10 por ciento.

Una paradoja argentina: como el acceso a dólares está restringido por el Banco Central, muchas empresas optaron por canjear anticipadamente su deuda por una nueva con plazos más largos. Esto hizo que, sólo por este motivo, los vencimientos de corto plazo de las empresas se redujeron. Aún así, el derrumbe mundial del mercado de deuda está encendiendo luces de alerta inesperadas en el cierre del 2022.