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El imprevisible juego del "a ver a quién le explota"

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El documento de la consultora 1816 había circulado en los primeros días de febrero en diferentes fondos de inversión que se preguntaban cómo le iría al Gobierno con la refinanciación de la deuda en pesos a lo largo del año.

"¿Cooperar o no con el rollover?", se preguntaba bajo el título que incluía la expresión "el dilema opositor". El "rollover" es la refinanciación de las obligaciones que le vencen al Estado en los próximos meses, y que si hubiera que pagar en vez de renegociar a más plazo, podría alimentar una disparada de los dólares paralelos.

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El trabajo de Adrián Rozanski, Mariano Skladnik y Martín Defilippo se preguntaba desde el punto de vista de los intereses de Juntos por el Cambio qué le convenía en ese cruce entre finanzas, responsabilidad y cálculo político. Contribuir a la calma con mensajes de que se reconocerá la deuda que eventualmente se herede o agitar el bardo, con afirmaciones en contrario, de que posiblemente se desconozca.

El dilema de la oposición

Como "riesgos de cooperar", se enumeraba tanto la posibilidad de "terminar fortaleciendo al oficialismo y perder la elección con el Frente de Todos" como la de "no poder lidiar con la herencia" en caso de ganar porque habría que "devaluar, subir tarifas y manejar vencimientos en pesos".

En tanto -y acá se pone creepy- el informe apuntaba como "riesgos de no cooperar" la chance de "disparar el caos social y terminar perdiendo la elección con algún outsider (tesis Milei)" y también, la alternativa de "ganar la elección y no poder lidiar con una economía explotada". Trancu lo que se analiza en una torre vidriada con vista al río.

Igual, finalmente, no hubo ningún dilema.

El comunicado del lunes a la tarde del espacio que lideran Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Patricia Bullrich entre otros incluyó en el segundo párrafo que el Gobierno se está endeudando a "tasas imposibles de pagar".

De esa manera, le informó al mundo que desde la oposición el mensaje es que los bonos que refinancie hoy el Estado no está claro que se vayan a cancelar en una futura administración de distinto signo político.

No está claro que Juntos por el Cambio vaya a pagar la deuda de este Gobierno

Una forma de decir que la actual gestión se arregle como pueda, pague los vencimientos si no consigue prorrogarlos, y se la banque si esos pesos terminan en el dólar, aumentan la brecha cambiaria, disparan la inflación y eventualmente afectan la salud financiera de las empresas y las familias.

En términos de 1816, Juntos por el Cambio elige asomarse al riesgo de que todo vuele por el aire y gane Milei, o de que todo se vaya al diablo y el día después sea ingobernable, antes que generar la chance de que el Frente de Todos llegue competitivo a los comicios de octubre y, sobre todo, antes de que le toque heredar una "crisis asintomática", como explican en privado, que les genere límites "muy 2015" como para aplicar una agenda de shock como en la que están trabajando.

JxC elige el riesgo de que todo vuele por el aire y gane Milei o que el país sea ingobernable antes de darle la chance de reelección al Frente de Todos o que les toque heredar una "crisis asintomática" que genere límites similares a 2015

La necesidad, y lo ha dicho muchas veces el propio Macri, es que haya una "crisis del populismo" que sea tal que esta vez la gente valide las reformas estructurales que no se pudieron aplicar en el mandato anterior. La conclusión, no lo dirá nadie así, es que no conviene contribuir a que esa debacle no ocurra. No conviene cooperar, por más que alguien señale los peligros que conlleva.

"¿No fue demasiado al fleje hablar de que las tasas son "imposibles de pagar"?, le pregunté a un referente del pensamiento económico de la oposición. "El que juega al fleje es el que se endeuda a un ritmo difícil de pagar, no el que lo dice", me respondió, amable como siempre. Y se dio el siguiente diálogo, que transcribo preservando el nombre porque era un diálogo en off, pero que puede servir por la contraposición de argumentos:

- Hasta Alberto en la corrida de 2019 jugó a frenarla, no a pudrirla- le dije.

- Alberto en 2019 dijo que iba a pagar jubilaciones con Leliq. Le dijo al Fondo y a los bonistas que no les iba a pagar. No es bueno tu ejemplo.

- Pero, ¿no cooperó en la corrida?

- Dijo todo eso. ¿Te parece que cooperó?

- Y suponete que no lo hizo, ¿entonces ustedes tampoco? ¿Así va a ser el país? La dinámica puede ser muy jodida si ustedes dicen que la deuda es imposible de pagar. ¿Lo evalúan al salir a decirlo justo luego de que el Gobierno está consiguiendo refinanciación?

- Jairo, el Gobierno no está consiguiendo refinanciación. Está hipotecando el futuro para llegar. Repos a tasas usurarias. Recompran deuda con dólares escasos que compraron caros (dólar soja). Swaps que hay que devolver. Bonos en dólares a cambio de pesos. Bonos para pagar impuestos en 2024. Bonos ajustables por CER o dólar (lo mayor). Importaciones pagables solo desde diciembre. Moneda local para el comercio con Brasil que habrá que pagar en dólares. Canjes de deuda privada a pública (o sea a jubilados y tenedores de pesos). Si a vos te parece que el problema es el que lo dice y no el que lo hace, no coincido con vos.

El Gobierno está hipotecando el futuro para llegar, creen en la oposición

- Tal vez tengas parte de razón sobre lo que hace el Gobierno, con lógica llegar-electoral. Pero ustedes están respondiendo con lógica que-explote-electoral. Estamos jodidos.

- No quiero que explote. Quiero que no lo hagan, que sean responsables. Porque no se lo dejan al próximo Gobierno, sino a los argentinos.

Los argentinos, de fondo

Los argentinos, ese universo que en su mayor parte la ve pasar y paga el pato, están ahí de fondo. Por simplificar, un montón de inquilinos y asalariados en pesos viendo cómo se tira por la cabeza el país una élite de propietarios con patrimonios a resguardo, en dólares. Pero no me den bola cuando la troskeo.

En fin. Hubo un momento en 2019 en que tras la derrota de las PASO, Macri se volvió loco. El dólar se disparó. Cualquier cosa podía pasar. Alberto Fernández, presidente electo y sin ningún tipo de obligación, habló de que el dólar a $60 pesos estaba bien. Aunque disientan ahora desde el PRO, la corrida recién ahí se frenó.

Máximo Kirchner le recrimina hasta hoy al Presidente haber contribuido a evitar una espiralización de la crisis que hubiera generado otra disparada de la pobreza, que habría recaído sobre el gobierno de entonces. Si no cooperaba, Macri se hundía más. "Eso nos costó siete diputados", dice el hijo de Cristina.

Podría haber dicho mil cosas. Que esa gestión hipotecaba el futuro porque había liberado el cepo, porque había financiado la formación de activos externos con una política económica irresponsable y que encima había tenido que endeudarse como nunca con el Fondo Monetario Internacional (FMI). También podría haber aducido que el andamiaje construido había sido tan flojo que cualquier soplido del exterior lo hacía tambalear. Sólo tenía que empujarlo al abismo. Pero no lo hizo.

Bienvenidos al increíble momento en el que Máximo parece inspirar a Mauricio.