Argentina
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Mapuches hackean los negocios de la familia Benetton: la Justicia archivó más de 50 denuncias

Las usurpaciones mapuches afectan al negocio agroganadero en la Argentina de la famosa familia italiana Benetton. Con Compañía de Tierras Sud Argentino (CTSA) -empresa con más de 130 años de historia que los Benetton compraron en 1991, tras su llegada al país-, el grupo es dueño de 920.000 hectáreas en el territorio nacional. Más de un tercio de las tierras se encuentran en la Patagonia, pero la firma no dispone del total de la superficie que le pertenece. 

Aproximadamente el 10% está tomada por pueblos originarios que reclaman su posesión, alegando su derecho de preexistencia ancestral, un conflicto que la Justicia no termina de resolver: de 62 denuncias realizadas, 55 fueron archivadas. Y pese a que en algunas causas hay sentencia firme, rige una norma que impide desalojos hasta que se realice un censo de comunidades que debería haberse hecho en 2021, pero que hasta la fecha no se ejecutó.

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A través de sus cinco verticales, CTSA se especializa en ganadería bovina y ovina, lanares, genética, y desarrollo forestal y agrícola, con dos estancias, seis cabañas y el Frigorífico Faimali, dedicado a la faena y la comercialización de cordero patagónico. En las zonas hoy ocupadas, la empresa se abocaba, sobre todo, a la ganadería ovina y bovina. Por año, cría más de 20.500 vacunos y 7000 cabezas de terneros, como así también 250.000 ovinos y 70.000 cabezas de corderos. Produce más de 880.000 kilos de lana anuales.

Con más de 300 empleados directos, las operaciones a nivel local se encuentran bajo la órbita de Edizione, el holding de la familia empresaria en Italia. Por año mueve 12.000 millones de euros (más de $ 2,15 billones) y, al igual que en la Argentina, maneja negocios de agro y otros, como obras de infraestructura, autopistas y los free shops Duffry en aeropuertos de todo el mundo. El puntapié inicial fue en los años '60 en Treviso, localidad de la región de Veneto, cuando los hermanos Carlo, Luciano, Gilberto y Giuliana Benetton se unieron para fabricar sweaters, el comienzo de la famosa marca de ropa.

La tensión entre los mapuches y los Benetton

"Los focos de conflicto en Villa Mascardi, El Bolsón, Esquel y otros puntos no son aislados: son consecuencia de una problemática que se originó con CTSA y a la que la Justicia no le puso un freno. Actualmente, tenemos tres usurpaciones. Le pedimos al Poder Judicial que actúe para que haya una solución. Si lo hubiese hecho como correspondía, tal vez no se habría llegado a esta instancia", apuntó Agustín Dranovsky, CEO de CTSA, quien asumió en el cargo en 2019 continuando el legado de Diego Perazzo, su antecesor en el puesto; y de Carlo, uno de los hermanos fundadores del grupo, fallecido en 2018. 

Le pedimos al Poder Judicial que actúe para que haya una solución. Si lo hubiese hecho antes como correspondía, tal vez no se habría llegado a esta instancia

Además de lotes usurpados y robos de ganado, CTSA sufrió, en distintas ocasiones, episodios violentos, como incendios de puestos -incluso con empleados y sus familiares dentro de ellos- y hasta un simulacro de fusilamiento de un colaborador. Algunos de los bienes sustraídos fueron recuperados. Otros no. "El problema es que muchas de estas causas se archivan y no se les da seguimiento. La gente trabaja con miedo. Como organización, nuestra prioridad es preservar su seguridad", sostuvo Dranovsky, ex ejecutivo del banco HSBC y del Grupo Bermejo, perteneciente a las familias Born y Pereda.

En ese sentido, el CEO recordó el ingreso de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) en el lote Vuelta del Río, de Estancia Leleque, propiedad de CTSA. Fue una de las usurpaciones más complejas. Remitiéndose al accionar judicial, resaltó que el primer allanamiento se hizo 15 meses después del ataque. "Detuvieron a ocho personas, entre ellas, a Facundo Jones Huala. Pero más tarde fueron liberadas, porque la Justicia no pudo comprobar que fueron los responsables. Además, les permitió fijar domicilio en el lugar de la usurpación", relató el directivo, especialista en comercio exterior.

Dranovsky aclaró que no se trata de un puja ideológica, sino de una traba que afecta a las operaciones de la empresa, teniendo en cuenta la voluntad de Benetton de hacer crecer sus actividades en el país. "CTSA se fundó en 1889. Hasta 1975, estuvo en manos extranjeras. En ese momento, pasó a formar parte de familias argentinas, que en 1991 le vendieron la empresa a Benetton. El 65% de nuestros colaboradores son de origen mapuche y una de las zonas convive junto a una comunidad vecina con la que no tenemos ningún inconveniente", destacó el CEO. 

El conflicto entre los mapuches y Benetton no se resuelve: de 62 denuncias realizadas, 55 fueron archivadas en la Justicia.

El escollo es productivo: la imposibilidad de acceder a esas tierras ocupadas no le permite a CTSA hacer un uso de ellas ni invertir para ampliar las operaciones en esas áreas. En este escenario, la compañía se enfoca en continuar su crecimiento en las superficies que tiene bajo su control en Río Negro, Chubut y Santa Cruz, como así también en Balcarce, provincia de Buenos Aires. Pese a los desafíos que supone el conflicto mapuche y las condiciones macro, los Benetton tienen la intención de seguir apostando por la Argentina. 

"Tras el fallecimiento de Carlo, se reestructuró la operación en el país y se definieron los próximos pasos. El compromiso sigue firme. Los accionistas están desde hace más de 30 años en el país y pasaron por circunstancias variadas. Más allá de las dificultades, ven que en la Argentina hay oportunidades. El grupo tiene negocios con potencial y evalúa ingresar en otros para continuar diversificándose, en línea con la estrategia global", concluyó Dranovsky.