Mexico
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Admirable

Francamente resulta de llamar positivamente la atención lo que el boxeador nacido en Jalisco, Saúl Canelo Álvarez, ha conseguido. Es, por mucho, el deportista profesional mexicano que más se ha cotizado en el planeta en toda la historia, las bolsas que cobra no tienen parangón en el deporte nacional; es todo un gran fenómeno de éxito, de notoriedad y récords en todos los sentidos. Increíble las cifras que produce su convocatoria en tiempos recientes, la cantidad de ingresos que genera gracias a las ventas de entradas, muy caras en el recinto donde se presenta, pero, sobre todo, las carretadas de millones de dólares que se generan con las ventas de pago por evento, el pay per view en el vecino país del norte, donde para ver la pelea se pagan algo así como mil 600 pesos en cada hogar, y de ésos se venden varios millones, sobre todo entre nuestros paisanos, así como entre los aficionados en general, lo que reúne varios cientos de millones de dólares. Es, sin dudarlo, un caso de estudio como un producto que se vende como pocos. Por donde se le vea es admirable. Por más que los puristas del boxeo le busquen defectos como peleador, éstos pasan a segundo plano ante las millonarias cantidades que produce en cada pelea.

Por su parte, me parece sumamente rescatable la carrera de la tenista mexicana Giuliana Olmos que, por decisión propia, ha adoptado la nacionalidad de su padre, nacido en Mazatlán, ya que nació en Austria, el país de su madre, pero también podría elegir jugar por Estados Unidos de Norteamérica, donde prácticamente se ha desarrollado la mayor parte de su vida. Loable, pues que haya decidido representar al país paterno, lo que le ha llevado a encabezar los equipos nacionales en diferentes competencias.

Gugu, como le dicen sus cercanos, ha progresado notablemente en la modalidad de dobles, donde ayer logró el título más importante de su carrera en el Madrid Open, haciendo pareja con la canadiense Gaby Dabrowski, lo que le permitirá acechar el top ten en el ranking de la WTA, algo fantástico, sobre todo porque en todo momento ha mostrado un gran orgullo por representar al país de su padre y antepasados. Hoy por hoy es la deportista mexicana mejor clasificada en su deporte, por lo que espero que en la Federación Mexicana de Tenis, donde habitualmente están dormidos, en el mejor de los casos, la propongan para el Premio Nacional de Deportes, pues, por muchos conceptos, lo merece.

Espero despierten nuestros nefastos dirigentes del tenis, que, por cierto, son un desastre…

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