Las proyecciones recientes de los científicos cubanos ratifican que el clima de nuestro país mantiene una marcada tendencia a comportarse más cálido, seco y extremo, para finales del siglo XXI.
Según aparece en la tercera comunicación nacional y primer informe bienal de actualización a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático –proyecto que, liderado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, se terminó a finales del pasado año– la Mayor de las Antillas experimentará un incremento de la temperatura media anual del aire superior a un grado Celsius en 2030, y de 3,5 grados Celsius en 2070, con respecto al periodo de referencia 1961-1990, mientras se prevé una reducción de las precipitaciones cercanas al 10 % del promedio histórico.
Otras evidencias que permiten sostener la hipótesis de que el clima de Cuba transita hacia un estado con características similares al de un efecto invernadero intensificado en la atmósfera terrestre, son la elevación en un grado de la temperatura media anual, y en dos grados de la mínima media anual, observado en la etapa 1951-2017. Cada una de las últimas tres décadas ha sido más cálida que todas las anteriores.
Asimismo, entre 1980 y 2017 aumentó la frecuencia de periodos cálidos y los fríos disminuyeron. Por lo general, también se registró un crecimiento en la cantidad de noches y días calurosos.
