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Ciudades esponja, un modelo urbanístico para salvar el mundo

Ciudades esponja, un modelo urbanístico para salvar el mundo
Ciudades esponja, un modelo urbanístico para salvar el mundoEFE

Las inundaciones, el aumento de la temperatura del planeta o la falta de agua y zonas verdes se pueden paliar con un enfoque sostenible del problema centrado en transformar el planeta en una esponja, una realidad presente en más de 250 ciudades que choca con el modelo urbanístico actual.

Kongjian Yu es el arquitecto de paisajes responsable de las conocidas "ciudades esponja", un modelo que consiste en convertir grandes áreas de las ciudades en parques fluviales porosos.

En la práctica, estas "ciudades esponja" son grandes áreas verdes públicas en las que el diseño futurista y la modernidad van de la mano, acordes al urbanismo presente en las grandes ciudades actuales.

Se trata de enormes explanadas capaces de retener y filtrar en el suelo la lluvia o el cauce de los rios, algo que además permite rebajar la temperatura ambiental, crear nueva vegetación, estanques y controlar y desacelerar el curso natural del agua, incluso durante grandes inundaciones.

“Los modelos actuales urbanísticos fallan en situaciones extremas. La humanidad se encuentra en un momento clave en el que decidir qué modelo seguir. Aspiramos a salvar el planeta y convertirlo en una esponja”, destaca en una entrevista con Efe Kongjian Yu.

Yu, que cuenta con la empresa de arquitectura del paisaje Turenscape con cerca de 400 empleados, ha diseñado con éxito proyectos de "ciudades esponja" en China, Tailandia, Estados Unidos, en lugares como Boston y Seattle, o Europa, con un diseño reciente en la ciudad de París.

En este sentido, considera que “la respuesta a las catástrofes naturales se encuentra paradójicamente en la propia naturaleza. Convertirlo en una esponja literalmente implica reducir la temperatura del planeta, hacerlo exuberante, húmedo, productivo”, añade.

A sus 60 años, el paisajista chino reconoce que toda su teoría urbanística para paliar los desastres naturales provocados por las inundaciones se basa en la experiencia vivida en la pequeña aldea en la que nació en la provincia costera de Zhejiang, en el este del país.

“El agua no es el enemigo. No teníamos dinero para construir canalizaciones y usábamos la propia naturaleza. Pero si construyes muros, entonces el agua es una bestia. Se vuelve destructiva. Si creamos grandes infraestructuras de hormigón para contener el agua, volveremos a fracasar”, destaca.

Civilización ecológica

Para ello, sus proyectos de “civilización ecológica” combinan diseño con una propuesta sostenible. “Se necesita un modelo diferente, una mentalidad diferente, una filosofía diferente. No nos basamos en las infraestructuras o la gran tecnología, que no son resilientes”, afirma.

Yu, recientemente galardonado con el Premio Internacional de arquitectura paisajista Oberlander 2023, censura el modelo actual de urbanismo basado en “enormes inversiones no sostenibles” en obras como presas, enormes muros de contención o canalizaciones y tuberías que han demostrado ser inútiles a la hora de evitar inundaciones catastróficas.

En su opinión lo que se necesita es “una solución holística permanente, indestructible, resiliente, sostenible y multifuncional. La prioridad número uno es permitir la retención de agua con terrenos porosos. Demoler todo el hormigón, la ‘infraestructura gris’”, ya que altera el curso natural del agua, erradicando además zonas verdes.

“Está demostrado que con las lluvias torrenciales (tradicionales de zonas de monzón o motivadas por la crisis climática) los sistemas de tuberías de las ciudades se colapsan”, añade.

En su país de origen, más de 70 ciudades han implementado este modelo, como parte del objetivo estatal de lograr que para 2030 el 80 % de las urbes del país logren absorber y utilizar el 70 % de la lluvia.

“La arquitectura del paisaje es el arte de la supervivencia (...). Todas estas técnicas son simples, se aprenden de la agricultura, de mi propia experiencia como agricultor. Y estas técnicas funcionan con la naturaleza”, concluye.