Costa Rica
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Hoy hace 50 años: Unión Soviética instaló embajada en ‘la casa más lujosa de Costa Rica’

Entrada de la residencia del embajador Kasimirov y personal de la embajada soviética, carretera a Cartago. (Jose Cordero)

Texto original publicado por La Nación el 29 de setiembre de 1972

El embajador de la Unión Soviética (URSS), Vladimir Kazimirov, quien regresó hace unos días de Moscú, tras 85 días de estadía en la capital de la URSS, vivirá en una suntuosa residencia con el resto de las 14 personas de la embajada. El gobierno soviético compró una moderna residencia, la más lujosa en Costa Rica, como sede de la embajada, en ¢2,5 millones.

Le fue comprada en dinero contante y sonante a la señora Annie Beeche de Soto, esposa de don Roberto Jiménez Soto. La nueva sede de la embajada soviética está situada después de Curridabat y antes de Tres Ríos, en el barrio González Montealegre. Tiene una manzana de extensión (10.000 varas cuadradas), pero hasta el momento sólo tiene de construcción 1.400 varas cuadradas y el resto está disputado a zonas verdes, parqueos y jardines, entre otros.

La casa tiene cuatro dormitorios grandes, artísticamente decorados y muy bien amueblados. Además, dos dormitorios corrientes para el personas de servicio. Cada uno de los grandes dormitorios tiene su baño privado y hay otro baño para el servicio.

El chofe de la embajada, que a su vez es el jefe de seguridad del embajador, señor Anatoly Kouriabkin, tiene aparte un apartamento con cuarto y baño privado. Una piscina enmarca en el resto de la propiedad, y hay varias áreas de recreación. Se dispuso la construcción de muros y tapias especiales, los cuales costaron ¢150.000, lo que cuesta corrientemente una buena residencia.

En otras noticias:

A centenares de miles de colones asciende robo de calculadoras

Aproximadamente cien máquinas calculadoras eléctricas, cada una de las cuales puede valer entre cuatro y cinco mil colones, fueron denunciadas como robadas, por el Instituto Nacional de Seguros (INS). Las calculadores estaban consignadas a una casa comercial establecida en San José y en apariencia, fueron robadas cuando descargaban el barco en un muelle en Limón.

La denuncia del INS fue investigada por agentes de la Dirección de Detectives, quienes cooperaron con detectives de la Junta Administrativa para el Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva). Estos funcionarios lograron conseguir algunas pistas tras una ardua investigación.

Se supo que un hombre de apellido Barquero, quien trabaja en los muelles, podía tener objetos robado en su casa. La policía encontró varias calculadoras a las que el INS se refiere en su denuncia. Barquero fue detenido. Negó que estuviera relacionado con el hecho, pero no explicó por qué tenía esos valores en su poder. Las investigaciones continúan.

Terroristas colocaron bomba en sofá

Tres terroristas dejaron ayer un sofá en una mueblería del centro de Belfast bajo el pretexto de que se trataba de una entrega de rutina y se marcharon tranquilamente sin advertir que contenía una trampa explosiva de 100 kilos de gelignita.

La bomba de tiempo fue descubierta por accidente cuando un vendedor de la tienda se dio cuenta de que el mueble era demasiado pesado. El empleado alertó a zapadores del ejército, quienes a su vez reconocieron ciertas emanaciones características de la gelignita.

Las fuerzas de seguridad evacuaron la zona apenas minutos entes de que el artefacto hiciera explosión y destrozara el edificio de tres pisos, así como dos tiendas vecinas. No hubo víctimas mortales. El dueño de local dijo que el sofá “pesaba cuatro veces más de lo normal”.