Costa Rica
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Las grietas de Cambronero

La tragedia en el cerro Cambronero será recordada no solo por la lamentable muerte de nueve personas a causa de un deslizamiento, sino también por la irritante sensación de que el desastre pudo haberse evitado.

Tal parece que la negligencia y la incapacidad se tomaron de la mano para desatender las señales de advertencia sobre el peligro inminente que acecha a lo largo de ese tramo de montaña de la ruta 1.

Solo así podría entenderse el porqué las autoridades pasadas y presentes del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) dejaron que esa peligrosa ruta no recibiera mantenimiento durante casi dos años.

De hecho, en la actualidad, ninguna carretera es atendida porque están vencidos los contratos de conservación que permitían verificar aspectos como estabilización de taludes, manejo de aguas o hundimientos.

Tareas como esas resultan fundamentales durante todo el año, pero más durante la estación lluviosa, y máxime cuando se había advertido de que este 2022 registraría precipitaciones más intensas que los años anteriores.

Sin embargo, el serpenteante trecho de Cambronero estaba abandonado a su suerte, al igual que los ocupantes de los 5.700 vehículos que transitan a diario entre profundos abismos y enormes paredones.

Lo indignante es que, en marzo del año pasado, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) había señalado que en ese camino hay, cuando menos, tres puntos que representan un “alto riesgo” para los usuarios.

Uno de esos sitios se encuentra muy cerca de donde un derrumbe arrastró un bus y una motocicleta a un precipicio de 75 metros el pasado sábado 17 de setiembre.

Incluso, el Lanamme también había recomendado realizar más estudios para identificar otros lugares de la carretera que tuvieran condiciones similares de inestabilidad.

Tristemente, las sugerencias fueron desatendidas, y hoy nueve familias se encuentran de luto y el país sufrirá la deshabilitación de una de sus principales vías durante unos tres meses.

Otra de las grandes grietas que deja esta tragedia tiene que ver con la actuación de los funcionarios que decidieron reabrir la carretera, a pesar de las condiciones claramente adversas. Urgen respuestas y acciones correctivas.

Algunos pasajeros salieron por sus medios del precipicio de 75 metros donde cayó un bus en Cambronero el 17 de setiembre.