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Las lecciones de la crisis en el estrecho de Taiwán

Las maniobras militares chinas alrededor de Taiwán ofrecen una mirada sin precedentes de lo que sería una verdadera campaña militar de China contra su vecino.

China desplegó buques de guerra en torno a Taiwán, impuso sanciones económicas y multiplicó los esfuerzos para aislar a la isla autogobernada del resto del mundo, lo que alterará permanentemente el statu quo en el estrecho de Taiwán, advierten los expertos.

A continuación, algunas enseñanzas de la crisis desencadenada por la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.

Es la primera vez que el ejército chino realiza ejercicios militares en el flanco oriental de Taiwán, una zona estratégica para el abastecimiento de la isla, y por la que llegarían los potenciales refuerzos estadounidenses en caso de guerra.

Con esto Pekín quiere mostrar que puede impedir la entrada o salida de la isla de cualquier barco o avión, civil o militar.

Los analistas llevan tiempo prediciendo una estrategia de este tipo por parte de China en caso de guerra para conquistar Taiwán.

"Pero mantener (un bloqueo) sería muy costoso, tanto en términos de reputación de China como para las finanzas de su ejército", según Christopher Twomey, especialista de seguridad de la Escuela Naval de California.

Las actuales dificultades económicas de China hacen poco probable que asuma el riesgo a corto plazo de una crisis en el estrecho de Taiwán, una de las vías navegables más transitadas del mundo.

China ha ampliado y modernizado sus fuerzas aéreas, espaciales y marítimas en un esfuerzo por proyectar su poder a nivel mundial y acortar distancias con el ejército estadounidense.

Sus capacidades militares son aún inferiores a las de Estados Unidos, sin embargo, según el Pentágono, Pekín busca disponer, de aquí a 2027, de los medios necesarios para derrotar cualquier resistencia ante una invasión de Taiwán.

Para Collin Koh, experto en cuestiones navales en S. Rajaratnam School of International Studies de Singapur, estos ejercicios revelaron lo mucho que ha avanzado el ejército chino desde la última crisis del estrecho de Taiwán en 1995-1996.

Los 23 millones de habitantes de Taiwán viven desde hace mucho tiempo bajo la amenaza de una invasión china. Pero ésta se volvió mucho más real bajo el mandato del presidente chino Xi Jinping.

China impuso un boicot a las frutas y pescados de Taiwán. Según los analistas, esta medida tiene como objetivo restar apoyo electoral al gobierno taiwanés pro-independencia.

Pero los analistas afirman que China mantendrá sus acciones militares y económicas por debajo del umbral de la guerra, para evitar una confrontación directa con Estados Unidos.

"Es poco probable que las tensiones se prolonguen", estima Bonnie Glaser, directora del programa de Asia del grupo de reflexión estadounidense German Marshall Fund.

"Una crisis importante afectaría al transporte marítimo, a las tarifas de los seguros, a las rutas comerciales y a las cadenas de suministro mundiales".

Para Koh, Taiwán podría tener que acostumbrarse a que China organice este tipo de ejercicios militares.

"Los ejercicios en torno a la isla principal de Taiwán se convertirán en la norma", predice.

China envía regularmente buques o aviones de guerra del otro lado de la línea divisoria del estrecho de Taiwán, la frontera no oficial entre los dos vecinos, durante los periodos de tensión.

Pero la visita de Pelosi le dio a China "la excusa o la justificación para decir que en el futuro puede realizar legítimamente ejercicios al este de la línea divisoria sin tener que rendir cuentas", añade Koh.

China suspendió su cooperación con Estados Unidos en varios ámbitos clave, incluyendo la lucha contra el cambio climático y temas de defensa, una decisión que Washington calificó de "irresponsable".

El gobierno chino anunció también sanciones contra Pelosi.

"Estamos en un momento en el que las relaciones entre Estados Unidos y China han caído muy bajo", señala Glasee, del grupo de reflexión estadounidense German Marshall Fund.

"Espero que nuestros dos gobiernos encuentren un camino para hablar sobre sus (...) líneas rojas, sus preocupaciones y para evitar que continúe la espiral destructiva en la región", añade.

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