Ciudad de México, 26 sep (Prensa Latina) Los grupos de violentos no lograron perturbar la marcha hoy de los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa por el octavo aniversario de su asesinato y desaparición.
El gobierno cumplió su compromiso de no enfrentarlos y mantener a la policía en los márgenes de la larga marcha para preservar a sus participantes quienes salieron desde la Columna de la Independencia El Ángel por todo el Paseo de la Reforma hasta Juárez, la calle 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo, donde celebraron su mitin.
Martí Batres, secretario de Gobernación de la ciudad de México y jefe de la mesa de monitoreo de la manifestación, admitió que grupos de encapuchados vandalizaron inmuebles, vidrieras y monumentos, pero no lograron incendiar nada, ni asaltar establecimientos para saquearlos y crear caos.
Fue muy importante lograr información previa de lo que se proponían y que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo denunciara en su conferencia de prensa matutina al responder a una pregunta sobre el blindaje en el frontal del Palacio Nacional al que planeaban atacar con bombas molotov.
Hasta el último reporte, minutos después de concluida la marcha, no se habían notificado heridos por la violencia de los encapuchados, y tampoco se ha dicho si algunos de estos fueron detenidos, como exigían incluso familiares de los normalistas desaparecidos.
Tampoco en las filas de los policías que se mantuvieron en los márgenes de la marcha y recibiendo andanadas de piedras y petardos que pararon con sus escudos antidisturbios.
Lo cierto es que los miles de compatriotas que acompañaron a los familiares de los 43 normalistas pudieron llegar hasta el Zócalo y realizar su mitin con plena seguridad.
Allí plantearon sus demandas al gobierno, centradas principalmente en la aceleración del proceso de investigación, que se revelen todos los detalles del caso cuando las circunstancias lo permitan, que impidan la filtración del informe para no alertar a los culpables, aprehenderlos, juzgarlos y condenarlos.
Exigieron que se incluya a todos los culpables, materiales o intelectuales, por muy alta que haya sido su jerarquía, como jueces encubridores, funcionarios torturadores y hasta el expresidente Enrique Peña Nieto quien no aparece en la lista de los investigados.
