Se estrenó el 7 de septiembre en los cines venezolanos y se ha presentado en múltiples ciudades alrededor del continente americano
Simón es sin duda la película del momento en Venezuela. Un filme que retrata las protestas que ocurrieron en el país en 2017 contra el Gobierno de Nicolás Maduro y cuenta la historia de Simón, un líder estudiantil que luego de ser apresado junto a sus cuatro principales compañeros se instala en Miami donde busca asilo político.
La historia se cuenta por medio de flashbacks de cuando el protagonista se encuentra en su país natal luchando por su patria y luego regresa al presente donde sigue con su vida en Estados Unidos pero siempre atormentado por un sentimiento de culpa mientras sus compañeros continúan luchando. Christian McGaffney es el encargado de tomar la piel de Simón como protagonista de esta historia.
La misma estreno en Venezuela el 7 de septiembre y su director ha iniciado una gira por las ciudades donde vive la diáspora venezolana. Se ha exhibido la obra en Buenos Aires, Miami, Madrid, Buenos Aires, Santiago y Nueva York, donde agotó la boletería y seguirá su ruta en Lima, Quito, Medellín, Charlotte, Panamá, Los Ángeles, México, Indianápolis, Palo Alto y San Diego, de acuerdo con su sitio oficial.
"Es una película que conecta con nuestra herida abierta. Por eso está teniendo mucha repercusión en Venezuela y otros lugares", dijo a CNN Diego Vicentini, director de la cinta.
El filme se presentó por primera vez en Venezuela en el Festival de Cine de Mérida, en los Andes venezolanos, donde obtuvo varios premios como mejor película, mejor director y mejor actor de reparto.
Representará al cine venezolano en los importantes Premios Goya 2024. "Es un honor y estoy muy orgulloso de que esta cinta tan simbólica. Los académicos del cine venezolano han tenido el valor para escogerla", dice al medio estadounidense el joven director, quien concluye que Simón es su manera de "contribuir por la libertad" de su país.
La película viene cargada de críticas ante el régimen de Maduro y sin citar fuentes, medios del país aseguraban que la misma sería censurada. El director de la película respondió a aquellos comentarios por medio de su cuenta de Instagram diciendo que “nosotros no hemos recibido comunicado de algún tipo de acción legal".
En una conversación con CNN el cineasta venezolano explicó que al momento de autorizar la exhibición de su obra en el país, las autoridades responsables colocaron una cláusula que advertía que la misma podía promover el odio lo cual “podría significar de 10 a 20 años de cárcel".
Dos días antes de su estreno se le recomendó al director abandonar el país.
El director del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, Carlos Azpúrua, rechazó esas versiones en una entrevista con CNN: "En Venezuela hay una ley contra el Odio y por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia. Pero no hay ninguna cláusula en ese sentido hacia la película, ni se la censuró. A pesar de sus equívocos históricos, se autorizó la exhibición. Nunca se le quitó su derecho de ser exhibida".
El rodaje de la cinta se llevó a cabo en medio de la pandemia de covid-19 y es un reflejo de los sentimientos de Vicentini por su país y su gente.
