Guatemala
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El desastre de la red vial

Las lluvias han vuelto a desnudar la dura realidad de un país que tiene la infraestructura vial hecha pedazos. Si bien se entiende que los aguaceros pueden ocasionar problemas, la verdadera causa de que el sistema de carreteras del país esté colapsado es la rampante corrupción de las administraciones gubernamentales, en particular de la actual. No existe la más mínima voluntad política para reconstruir la capa asfáltica que vaya más allá de tapar hoyos, que se vuelven a abrir a los pocos días. La crisis no es solo en las vías que comunican los departamentos, sino que ahora se encuentran en plena zona metropolitana. Ese es el caso de los socavones que han aparecido en Villa Nueva y que demuestran la falta de mantenimiento por parte de la comuna de ese municipio, cuyo alcalde gana más de Q100 mil mensuales por no hacer nada. La desidia del jefe edil Javier Gramajo ya causó la muerte de una señora y su hija, una tragedia que pudo evitarse.

Ante la creciente destrucción del sistema vial del país cabe preguntarse ¿dónde está la ampliación presupuestaria de Q3 mil 191 millones 242 mil que el Congreso aprobó en marzo pasado para el Ministerio de Comunicaciones? En forma opaca, la actual legislatura aprobó rápidamente ese aumento del gasto con el argumento de que sería utilizado para el remozamiento de la red vial y de proyectos estratégicos de infraestructura. Han pasado seis meses desde que fuera aprobado y ese dinero no se ve que haya sido destinado para reparar las carreteras. En marzo pasado, distintos sectores denunciaron que esos fondos serían utilizados por la alianza oficialista como botín político en el año preelectoral. No hay indicios serios de que la ampliación presupuestaria tenga como propósito dotar al país de buenas carreteras, ya que todos los días miles de guatemaltecos sufren con las destartaladas vías.

Además de la piñata del presupuesto del Ministerio de Comunicaciones, las autoridades no dan muestras de resolver los ingentes problemas ni tomar previsiones para evitar nuevas tragedias. En su columna del miércoles pasado, Mario Antonio Sandoval escribió que tuvo acceso a planos, fotos y videos que revelan la existencia de cavernas cerca del puente del Periférico y la calzada Roosevelt, un sector de mucha afluencia vehicular y peatonal. El columnista dice que la información gráfica muestra la existencia de un socavón a pocos metros de la base de los puentes que comunican ambas vías, en los cuales hay decenas de comercios, visitados por miles de personas. Los drenajes se observan gravemente fracturados, lo cual genera más filtraciones y estas a su vez más cavernas. Es obvio que la municipalidad capitalina conoce esta situación, pero en lugar de tomar medidas de prevención y alertar sobre el peligro, no dice nada. Esa inacción y el hermético silencio pueden ocasionar nuevas tragedias. El alcalde capitalino debe actuar cuanto antes.

De qué sirve que el presidente Alejandro Giammattei diga que promueve la inversión extranjera, si cuando los empresarios vienen al país se dan cuenta del desastre que existe en todos los órdenes, pero sobre todo en materia de comunicación. La galopante corrupción de este gobierno y de la alianza oficialista en el Congreso son responsables de que la red vial del país continúe hecha pedazos. ¿Dónde está la ampliación presupuestaria de más de Q3 mil millones para Comunicaciones? Los recursos destinados para la reconstrucción de las carreteras terminan en los bolsillos de los corruptos. Entonces, de qué sirve promover el turismo, el comercio y la inversión si el país está atravesado por hoyos en las carreteras que dañan los vehículos y entorpecen la circulación. Es vergonzoso que un país hermoso y rico en diversidad sucumba por las malas artes de la clase política que saquea todos los recursos a su alcance.