Tener Parkinson lleva a que algunos movimientos, que en el día a día parecían muy sencillos, se tornen bastante complicados.
Hay elementos y consejos que pueden ser un gran alivio para los afectados, tal como detalla el neurólogo Andrés Ceballos-Baumann en una revista médica especializada.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios.
Los síntomas aparecen lentamente. El primero puede ser un temblor apenas perceptible en una sola mano.
– PARA VESTIRSE
Abrochar una camisa o una chaqueta no tiene por qué ser toda una odisea. Puede resultar muy útil recurrir a un abrochador de botones. Se trata de una herramienta especialmente diseñada para personas con dificultades en las extremidades superiores. Consiste en un mango con un gancho de metal que permite introducir fácilmente un botón en un ojal sin tener que hacer uso de los dedos o de una motricidad más fina.
La pequeña hebilla de los cierres de cremallera también puede convertirse en un problema para quienes sufren de Parkinson. Si se le añade una prolongación, por ejemplo, en forma de anillo o lazo, operarlo deja de ser todo un desafío.
Otro elemento que puede hacer una gran diferencia es el cordón de los zapatos. Conseguir un calzado que tenga cordones elásticos permitirá que la persona se calce sin tener que atarlos y desatarlos cada vez. En ese sentido, también existen ayudas para ponerse los calcetines.
– PARA COMER
Si el temblor no es demasiado fuerte, Ceballos-Baumann indica que puede ser suficiente con comer en platos hondos. Sin embargo, también existen cucharas especiales para este tipo de cuadros. Se trata de una cuchara que compensa el temblor para qué la sopa que debiera ir a la boca no termine en la camisa.
Beber también puede resultar más sencillo con un sorbete que esté sujeto al vaso y no resbale de un lado a otro.
– PARA DORMIR
Algunas personas con Parkinson tienen grandes dificultades para girarse o cambiar de posición en la cama. Ceballos-Baumann recomienda en esos casos dormir bajo una manta liviana que esté recubierta con ropa de cama de satén.
