Los cadáveres de dos hombres fueron localizados este martes 16 de agosto en el kilómetro 166 de la ruta Interamericana, en Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá.
Con el pasar de las horas ambos fueron identificados por familiares. Uno de los cuerpos fue identificado por familiares como el pastor Juan Luis Chaj Tiu, de 60 años.
Mientras que el segundo cuerpo fue identificado por Rolando Chávez, quien afirmó que se trata de su hijo Jorge Eduardo Chávez Coyoy, de 24 años.
Recordó que el joven desapareció el jueves 11 de agosto a eso de las 19.30 horas.
Añadió que a uno de sus hijos le avisaron que Jorge había sido victima de asalto, que al final no fue asalto, se trató de un secuestro.
“Dios tiene un propósito para cada uno, para cada ser humano”, manifestó.
Luego indicó: “La justicia del Señor es mucho más grande y mucho más fuerte que la de un ser humano, ellos tienen mucho que pagar -al referirse a los victimarios- y que Dios los bendiga, a lo mejor Diosito lindo necesitaba un ángel más y mi hijo fue uno de los que estaba escogido”.
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Con la voz entrecortada externó: “24 años de felicidad, desde su nacimiento, y lo que pido es que Dios bendiga a esas personas que hicieron eso y les de su recompensa y no es que vayan a decir por qué estoy sufriendo, tanta maldad que hacen”.
Afirmó que su hijo trabajaba en cobros diarios y según Chávez, la víctima no tenía hora ni entrada para llegar a la casa.
Recordó que la víctima era una persona honesta y que “luchaba por tener sus cosas honradamente”.
Pidieron rescate
Dijo que a su hijo lo interceptaron unas personas en la colonia Santa Isabel, en Xela, y al parecer se lo llevaron en un vehículo, luego exigieron rescate.
Afirmó que a los malhechores les entregaron una cantidad de dinero y no cumplieron con la liberación.
“Yo creo que no era justo, cuando ellos ya estaban pidiendo el rescate se les dio una cantidad de dinero y no cumplieron su promesa”, señaló.
Dijo que no avisaron a las autoridades y que “lo dejaron en las manos de Dios, que Dios haga su justicia y Él derrame toda ira sobre las personas que le hicieron daño a mi hijo”.
Finalizó: “Que Dios los perdone y que los bendiga por haberme quitado un pedazo de mi corazón, un pedazo que tanto amaba, no es fácil perder a un hijo”.
