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Tras pausa de dos años, los fieles volvieron por “capital” al Calvario

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Con fe y en busca de “capital” para materializar sus sueños, así llegaron hasta el calvario de Quillacollo ayer miles de familias devotas de la Virgen de Urkupiña. 

A dos años del inicio de la pandemia de la Covid-19, nuevamente, una multitud de creyentes se concentró en el cerro de Cota para venerar a la Patrona de la Integración Nacional y extraer piedras con el anhelo de ser bendecidos con un lote, con una casa, con un auto o algún milagro.

Para Isabel Escalante, una cruceña devota de la “mamita” por más de 15 años, la extracción de piedras en el cerro de Cota simboliza la “búsqueda de capital” para emprender un negocio.

“He venido por capital para trabajar, estoy sacando de la mina de la Virgencita plata para invertir y que se cumpla mi deseo. Ella es poderosa y por eso me voy a prestar.  Necesito bastante, por eso estoy trabajando harto”, indicó.

Aunque la caminata de 15 kilómetros que hizo en la madrugada la dejó cansada, Isabel aseguró que todavía le quedaron fuerzas para romper una enorme roca a combazos, llevarlo a bendecir y trasladarlo hasta su casa.

“Tienes que sacar de acuerdo a lo que necesitas y, según eso, tu deseo se cumple. La Virgen es milagrosa, pero también tienes que poner de tu parte, esforzarte desde el inicio”, complementó.

La creyente sostuvo que, en la práctica de esta tradición, el tamaño de la roca es importante y también la devoción.

José Fuentes es otro devoto que está convencido de que el ritual requiere perseverancia y fuerza porque sacar piedras no es una tarea simple debido a que a veces los fragmentos no se desprenden con facilidad.

“Estoy devolviendo el préstamo que me hice hace dos años; después voy a ir sacar de nuevo. Vengo desde La Paz. No pude llegar por la pandemia la anterior vez, pero ahora estoy de vuelta para agradecer porque recibí lo que pedí”, afirmó.

La ch’alla con cerveza, serpentinas, mistura, sahumerio y las plegarias de un amauta andino para pedir o agradecer a la Virgen de Urkupiña y a la Pachamama son rituales que se practican tras la extracción de rocas y durante la devolución, según pudo constatar este medio.

Algunos devotos mencionaron que lo ideal antes de sacar las piedras es comprar artesanías en miniatura de lo que deseas para, en función a ello, calcular la cantidad de capital que requerirá.

Los picapedreros, personas encargadas de alquilar los combos para sacar la piedra, relataron que, en comparación con 2021, la afluencia de peregrinos fue mayor, aunque aún no alcanza la que se registraba en 2018.

Si bien esta costumbre es la más popular durante el calvario de la festividad, otra tradición que persiste es la adquisición de pequeños espacios adornados con flores y ramas por 20 o 50 bolivianos para simular la compra de un lote.

Sin duda, varias costumbres convergen el día de la peregrinación, pero antes de todas ellas los creyentes suelen concentrarse para escuchar la misa central en el calvario. Ayer la homilía se celebró con la asistencia masiva de devotos que acompañaron la misa con cantos, con el encendido de velas, ofrendas florales y oraciones.

El mensaje de que cualquier llamado a la unidad y respeto empieza por uno mismo emocionó hasta las lágrimas a algunos de los asistentes. Sin embargo, se observó que no todos cumplieron las medidas de bioseguridad.