
Moderna y Pfizer son las dos vacunas que están a pasos de la aprobación de la FDA y que podrían comenzar a distribuirse en las próximas semanas en los Estados Unidos.
Aproximadamente 40 millones de dosis de estas dos vacunas podrían estar disponibles a final de año, la cantidad suficiente para que 20 millones de personas reciban total protección, según publica el medio estadounidense Washington Post.
El proceso de aprobación avanzará la próxima semana, cuando los representantes de la FDA se reúnan para hacer recomendaciones acerca de la vacuna Pfizer. Ocho días después harán lo mismo con Moderna.
La FDA está iniciando una exhaustiva revisión para probar la seguridad, efectividad y fabricación de las vacunas y se espera que tome una decisión poco después de las reuniones.
Moderna fue un 94 % efectiva en la prevención de la enfermedad en un ensayo con 30.000 voluntarios, un resultado que supera las expectativas y está al nivel de las mejores vacunas pediátricas.
Los resultados son similares a los de Pfizer, que anunció un 95 % de efectividad a principios de este mes. Incluso con la vacuna se no se espera un regreso inmediato a la normalidad. Los primeros en recibir las dosis continuarán tomando precauciones como el uso de la mascarilla.
El Gobierno de los EEUU preordenó 100 millones de dosis de Moderna y Pfizer y cooperó con el financiamiento de la investigación de Pfizer. Además, tiene la opción de comprar cientos de millones de otras dosis.
Las dos compañías dijeron que estarían listas para distribuir la vacuna casi inmediatamente después de recibir luz verde de la FDA. Resultados de una tercera vacuna candidata, la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, fueron positivos pero confusos, y eso todavía poco claro si la vacuna podrá avanzar en los EEUU sin más datos.
Las preguntas que quedarán todavía sin responder de Pfizer y Moderna son la duración de la protección y si la vacuna disminuirá la transmisión además de prevenirla.
No obstante los ensayos de AstraZeneca continúan y una vacuna de una sola aplicación de Johnson & Johnson también está bajo prueba.
PROCESOS DE FDA
Entre Enero del 2010 y junio del 2020, FDA aprobó 21 vacunas, mayormente para la influenza y el meningococo. De estos, cuatro recibieron una acelerada aprobación. Cada aprobación estaba respaldada por siete ensayos clínicos, incluyendo dos pruebas esenciales de eficacia y una última para confirmar altísima consistencia.
El promedio de pacientes en la prelicencia de seguridad fue de 6070 personas, y el promedio de tiempo para efectos adversos fue de seis meses. Es por esto que se considera un récord el tiempo de aprobación de las vacunas contra el coronavirus.
El análisis primario de la fase 3 de la vacuna contra el Covid-19 de Moderna muestra resultados eficaces. Se solicitará autorización para su uso de emergencia.
La empresa Moderna confirmó este lunes la eficacia primaria de su vacuna contra el covid en el análsis hecho a la fase tres, la última antes de su aprobación.
“Planeamos solicitar a la FDA la autorización para el uso de emergencia”, anunció Moderna.
Las pruebas incluyeron a 30.000 participantes, entre ellos, 196 enfermos del Covid y 30 pacientes severos. En el primer caso la eficacia fue del 94,1 % y en los pacientes severos tuvo una efectividad del 100 %.
Hasta esta última fase la vacuna sigue siendo bien tolerada, no se reportó ninguna reacción preocupante.
El virus expulsado en una gota de saliva logra permanecer activo muchas horas sobre un material gracias a una fina capa líquida que lo protege.
Fuente: ABC.es
Las gotas que expulsamos al toser, al estornudar o incluso al hablar y que pueden caer sobre diferentes lugares son una «amenaza efímera»: a los pocos segundos se secan, sin dejar rastro. Sin embargo, recientes estudios han observado que en las gotas de fluidos respiratorios infectadas con SARS-CoV-2, el virus que produce la Covid-19, este puede permanecer activo horas e incluso días, dependiendo del material sobre el que se encuentren. Entonces, ¿cómo se las arregla el nuevo coronavirus para sobrevivir en estas condiciones?
Físicos del Instituto Indio de Tecnología en Bombay han querido averiguar qué hay detrás del mecanismo de esta posible vía de contagio. Para ello, han explorando los tiempos de secado de las finas películas líquidas que se quedan sobre las superficies, incluso después de que se evapore la mayor parte de las gotas respiratorias. Los resultados de su estudio acaban de ser publicados en « Physics of Fluids».
«Se trata de una película líquida, cuyo grosor es del orden de los nanómetros, que se queda adherida en la superficie», explica a ABC Rajneesh Bhardwaj, profesor de física del IIT Bombay y quien junto a su compañero Amit Agrawal firman la investigación. En concreto, los investigadores explican que, una vez que casi todo el fluido respiratorio se ha evaporado, una suerte de «parche» ultrafino se que queda adherido a la superficie debido a las fuerzas de Van der Waals, el mismo principio que rige la capacidad de los lagartos gecos y salamanquesas para quedarse «pegados» en paredes y techos. Dependiendo del tipo de material, el virus es capaz de vivir más o menos tiempo en esa película líquida desde unas pocas horas hasta días.
«Para describir esta película, desarrollamos un modelo por ordenador que medía la tasa de masa de evaporación de la película en función de las presiones de separación y de Laplace dentro de ella, utilizando la ley de Hertz-Knudsen, una sólida teoría sobre cómo se evaporan los gases». Es decir, modelaron la velocidad de evaporación de las gotas infectadas con SARS-CoV-2 en base a datos de anteriores estudios y aplicando diferentes teorías físicas, y tuvieron en cuenta diferentes tipos de materiales: «El tiempo de secado fue más corto para metales, pero las gotas sobrevivieron durante más rato sobre plásticos».
Menos éxito sobre metales, larga vida en plásticos
«Nuestro modelo muestra que la supervivencia y el tiempo de secado de estas gotas coinciden con mediciones anteriores de supervivencia mínima del SARS-CoV-2 sobre distintos tipos de materiales», explica Agrawal refiriéndose a la dosis mínima de virus que una gota debe contener para poder infectar. En los experimentos, se comprobó que en el cobre, el coronavirus puede sobrevivir de 10 a 15 horas activo; en acero inoxidable permanece entre 40 y 60 horas; en vidrio alcanza entre 60 y 80 horas; y el máximo se produce en el plástico, en el que aguanta de 100 a 150 horas.
«Nuestra mayor sorpresa fue que aguantara siempre horas, incluso días -afirma Bhardwaj-. Esto sugiere que la superficie no está completamente seca, y la película nanométrica que se evapora lentamente está proporcionando el medio necesario para la supervivencia del coronavirus». Es decir, que aunque no podamos verla, la amenaza puede durar varios días después de que la persona con Covid-19 haya expulsado sus fluidos allí.
Es por eso que los investigadores recomiendan encarecidamente «desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, como pomos de puertas o dispositivos portátiles, y dentro de los hospitales y otras áreas propensas a brotes», advierte Agrawal. «También recomendamos calentar los materiales de algún modo, porque las altas temperaturas, incluso aunque sea durante poco tiempo, pueden ayudar a evaporar la película nanométrica y destruir el virus».
Un biólogo de nacionalidad paraguaya integra el equipo de la Universidad de Queensland, Australia, que lleva adelante el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.
El profesional de blanco paraguayo Alberto Amarilla, especialista en biología, integra el equipo de desarrolladores de una de las vacunas contra el coronavirus. El profesional es oriundo del distrito de Benjamín Aceval, departamento de Presidente Hayes, y creció en la localidad de Cerrito. Se formó como biólogo en la Universidad Nacional de Asunción y obtuvo una beca en Brasil donde siguió sus estudios.
Actualmente forma parte del Centro de Investigación de la Universidad de Queensland, en Australia, institución que ahora está llevando varias líneas de investigación, siendo una de ellas el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus. “Nosotros fuimos encomendados para desarrollar una vacuna para proteger contra el virus que causa el Covid-19”, comentó en entrevista con la radio Ñanduti.
En esa universidad utilizan una tecnología llamada Molecular Clamp, que confiere propiedades a las proteínas y puede mejorar el nivel de inducción de anticuerpos neutralizantes contra determinados virus, además es termoestable.
La investigación en la que está participando se encuentra actualmente entre las etapas dos y tres, por lo que están optimistas en que a mitad del próximo año puedan estar al servicio de la humanidad. “La vacuna pasó exitosamente la fase clínica 1, con resultados supereficientes. En la primera parte se probó si tiene efecto adverso en un grupo reducido y si los inmunizados produjeron anticuerpos. Ahora se medirá el porcentaje de efectividad y toxicidad”, dijo.
El connacional destacó que esta vacuna será una proteína y no tendrá virulencia alguna, por lo que podría utilizarse también en nuestro país.
El diputado Julio Mineur, vicepresidente de la Cámara Baja, informó ayer al presidente Mario Abdo Benítez sobre los avances de la vacuna desarrollada en Australia, con la participación del paraguayo Alberto Amarilla.
“Estoy muy contento de que un ciudadano paraguayo chaqueño esté brindando todos sus conocimientos y se pone a disposición también del Gobierno”, expresó al tiempo de destacar que el profesional tiene una vasta experiencia no solo en el manejo del coronavirus, sino también en el tratamiento de enfermedades de otro tipo de enfermedades como el zika y el dengue, por lo que está a disposición del Ministerio de Salud.